+¿Por qué no estás conmigo?
Él se acerca y en en menos de lo que se tarda en parpadear, me empuja contra la pared y se queda mirándome.
-Porque no me gustas.
Sonríe de forma cínica. Deja caer su frente en la mía y mientras me mira a los labios, insinúa:
+Mientes.
Tiene razón. He mentido. Me gusta, eso no se puede negar.
-Eh...Porque no te quiero.
+Pero te gusto.
No es una pregunta. Es una afirmación. Acerca su boca y yo me derrito. Me mira a los ojos, con esos preciosos ojos miel que tiene y se ríe. Sabe que me tiene, sabe que puede hacerme lo que quiera. Me voy a dejar. Asiento sin mirarle a los ojos, mi mirada fija en sus labios.
+Entonces, si tú me gustas y yo te gusto, ¿no es razón más que suficiente para que estés conmigo? - y de repente se pone rígido, su mirada cambia. Aprieta a los labios y me mira fijamente de una manera que no sabría explicar. Así como...¿dependencia? - Déjalo.
Eso ha sido una súplica. Una súplica que podría ponerme en un serio aprieto.
-No puedo...
+¿Qué razón te empuja a seguir con él? ¿Qué razón puede ser tan fuerte como para alejarte de mí?
Levanto la mirada y con el corazón en la boca respondo:
-Le quiero.
Es suficiente. Se aparta rápidamente y siento el frío a mi alrededor. Se lleva las manos a la cabeza y casi implora:
+Entonces, ¿por qué seguimos insistiendo?
-Has sido tú el que ha venido a buscarme.
+Siempre soy yo el que te busca, tú te haces la estrecha pero siempre acabas accediendo. No lo querrás mucho.
-¿¡Perdona!? Si accedo es porque tú me provocas. No soy de piedra. Además, me gustas. Eso es innegable.
Sonríe de manera tímida y a al mismo tiempo, extrovertido.
+Antes lo has negado.
Vuelve sobre sus pasos, coloca una mano en mi cintura y la otra en la pared, de la que todavía no he sido capaz de moverme. Está tan cerca...
-Antes...Antes no sabía lo que d..decía.
Encima tartamudeo, como dejando bien claro el poder y la influencia que ejerce en mí.
Su boca a un milímetro de la mía, y su sonrisa, sesgada, me envuelve.
Sin poder remediarlo, exijo:
-Bésame.
Lamento mi maldita exigencia en el mismo segundo en el que sale de mi boca.
Sin moverte, me aprieta contra la pared, con una sola de sus manos, inmoviliza las mías sobre mi cabeza. Sus labios siguen ahí, tentándome a cruzar todas las líneas de la fidelidad, una vez más.
+Esa no es manera de pedir las cosas, ¿no crees?
Baja sus labios por mi cuello, dejando una estela de besos, que hace que lo poco que me queda de cordura y de culpabilidad se vaya a la mierda. Con la mano que tiene libre me acaricia la cintura.
Sigo inmovilizada y no hago nada por intentar liberarme. Ni siquiera me muevo.
Me recorre el cuello de arriba a abajo, escalando por mi barbilla hasta llegar al mismo punto desconcertante de antes. La tentación se queda parada, esperando.
+Si quieres un beso, vas a tener que utilizar mis palabras mágicas.
-No pienso rogarte nada. Hasta ahí podemos llegar. No pienso suplicar.
+No me refería a esas palabras. Simplemente hazme saber que tienes las mismas ganas que yo, que la culpa no va a ser solo mía. Hazte responsable de lo que va a pasar y, a parte de darme a mí una razón para que rompa con los límites, dártela a ti también.
Y es ahí cuando lo entiendo todo. Él no quiere que esto sea solo algo llevado por el momento. Quiere que sea algo más, y que mi mente, entienda de una vez y libere su culpa. Y más allá de toda la razón que mi corazón me permite poseer, sonrío y decido darle, no solo a él, sino a mí también, esas preciadas palabras, por las cuál mi conciencia quiere crucificarme.
-Bésame porque...Porque me gustas y porque te necesito. Bésame, porque, como bien sabes, lo que tú me haces sentir va mucho más allá de las palabras. Bésame, porque está mal. Sí, está mal, pero no es un error. Es lo que quiero ahora. Es lo que necesito en este mismo momento y a la mierda el mañana.
Tras estas palabras, afloja su mano y pone las dos en mis caderas. Yo, automáticamente, llevo las mías a su cuello. La miel de sus ojos resplandece de un tono que podría confundirse con el oro, y su sonrisa...Su sonrisa es de placer, de convencimiento. Lo he convencido.
+Mm, me has convencido.
Y acto seguido, su boca a una rapidez extrema, se hace cargo de la mía, sus manos que no paran quieta deciden que es allí, en ese mismo lugar, dónde la culpabilidad y la razón dejaron de existir. Es ahí, donde todo termina y donde todo empieza.
Y a partir de este momento, ya os podéis imaginar lo demás.
sábado, 29 de septiembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
¿Lo entiendes?
Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Te quiero... No te quiero.
Te quiero en todos los formatos posibles, en todos lo tipos de letras existentes, en todos los momentos de mi vida, en todos esos sitios dónde no has estado, en todos los grandes acontecimientos que te perdiste. Te quiero en mis cumpleaños pasados, en los presente y en los futuro. Te quiero en los tuyos, cumpliendo años, haciéndote viejo a mi lado. Te quiero en las nubes, te quiero en las estrellas, en la luna, en el sol, en Marte, Venus, Neptuno, Jùpiter, Saturno, Urano, La Tierra, Mercurio, Plutón. Te quiero en el jardín, te quiero en la cocina, el salón, el patio, el comedor, el baño, la habitación. Te quiero en la cama. Te quiero cuando estás fuera de ella. Te quiero en tus días malos, te quiero en tus días peores, te quiero en tus días insoportables. Te quiero con la música a todo volumen, te quiero sin música. Te quiero en frente de la chimenea, te quiero en la piscina. Te quiero en invierno, te quiero en otoño, en primavera y en verano. Te quiero cuando callas. Te quiero cuando ríes. Te quiero cuando lloras. Te quiero cuando gritas. Te quiero cuando te ríes. Te quiero cuando bailas, te quiero cuando saltas. Te quiero cuando tus ojos miel resplandecen como oro derretido. Te quiero cuando matamos zombies juntos. Te quiero cuando corremos, cuando andamos, cuando te quedas quieto y miras a tu alrededor. Te quiero mirando al cielo, te quiero mojado por la lluvia, te quiero moreno por el sol. Te quiero de día. Te quiero por la mañana. Te quiero por la tarde. Te quiero de noche. Te quiero de madrugada. Te quiero cuando te muerdes el labio. Te quiero cuando tu sonrisa se carga de secretos. Te quiero cuando me besas, te quiero cuando me miras, te quiero cuando me muerdes, te quiero cuando me tocas. Te quiero lento, te quiero rápido. Te quiero desde el infierno, te quiero desde el cielo. Te quiero cuando llevo tu ropa. Te quiero cuando tu perfume pasa rozándome. Te quiero en la distancia, te quiero cerca. Te quiero en la riqueza, te quiero en la pobreza. Te quiero hoy. Te quise ayer. Te quiero mañana. Te quiero...Te quiero siempre.
domingo, 23 de septiembre de 2012
No te quiero, no te quiero, no te quiero, no te quiero.
+¿Por qué nunca me dijiste que me querías?
-¿Importa ya?
+Sí. Si que importa. Quiero saber el porqué. Necesito saber porque te lo has callado todos estos años.
-Pero, ¿qué más da ya? Ya nada importa. Me da igual todo. Paso.
+Pues importa porque yo...Yo te quiero.
-¿Ahora? ¿Ahora me quieres? Tarde.
+Sí te quiero ahora. Y te quiero conmigo para siempre. ¿Tarde? ¿Por qué?
-Pues es tarde porque yo no te quiero. Dime, ¿te has parado a pensar en cómo me he sentido todos estos años? ¿En cómo me dolía verte con otras? Sabías que sentía algo, no puedes estar tan ciego. A ver, ¿me querías cuando era una friki? ¿Cuándo era transparente? ¿Cuándo me sentaba en la última fila solo para mirarte? ¿Cuándo suspiraba por estar contigo? Dime, ¿me querías entonces?
+No...Pero ahora...
-Ahora las cosas han cambiado. ¿Por qué me quieres ahora? ¿Por qué he cambiado? Porque sigo siendo la misma. ¿Por qué te has dado cuenta de la pandilla de putas que tienes a tu alrededor? Vienes con dos años de retraso. Te olvidé hace mucho. Me cansé de esperar, me cansé de verte con todas las tías y presumiendo luego. Eras un chulo, un prepotente. No me mereces.
+Te quiero porque sé que eres diferente. Porque necesito un cambio, necesito a una mujer de verdad, no a una pandilla de niñatas que solo saben zorrear con todo lo que se mueve. Te necesito a ti. Dame una oportunidad, déjame demostrarte que he cambiado.
-No te quiero. No puedo cambiar nada. Tú pasaste a la historia. Por mucho que digas, las personas no cambian. Siempre serás ese maldito bravucón que solo sabe fardar de lo que no es. No quiero verte. Las cosas han cambiado, estamos al contrario. Siempre me ignoraste y cuando me mirabas era con suficiencia. Cómo si fueras más que yo y escucha bien, nadie es más que yo. No sabes lo que me dolía tu desprecio. Pero ya ves, el tiempo pone a todos en su sitio. Largo. Vete de mi vida, para siempre. No voy a darte ninguna oportunidad, lo único que te daré serán las gracias. Gracias a ti aprendí a mirar en el interior de las personas. Y tú, estás vacío por dentro.
jueves, 20 de septiembre de 2012
Grabado a fuego te tengo.
Siempre me he considerado algo rara. Alguien diferente, pero no diferente del sentido guay de la palabra. No, es una diferencia mala. No encajo en ningún sitio y nunca me he sentido cómoda fácilmente. Tengo la costumbre de elegir a mis amigos con mucho tacto. Demasiado. Pero ese tacto no me ha ayudado a no equivocarme eligiéndolos. He metido la pata varias veces, pero bueno, de todo se aprende.
Quizás debido a mi rareza nunca he encontrado a nadie por quien valga la pena luchar. Alguien con quien compartir emociones, sentimientos, momentos...Pero las cosas cambiaron. Cambiaron hace mucho. Puedo decir que he encontrado a alguien tan raro como yo. Un bicho raro que no encaja bien en nuestra odiada sociedad. Alguien de mi estilo, aunque totalmente diferente. Somos como una especie de puzzle, pero más complicado. No encajamos muy bien, pero en algunas cosas, encajamos mejor que bien. Algo difícil de entender. Yo me siento cómoda en su mundo, pero ¿sabéis de esas veces en las que sabes que las cosas van a cambiar por mucho que tú intentes lo contrario? Algo así me ha pasado a mí. Llevo sintiendo que las cosas van a cambiar desde hace meses, pero todo seguía igual. Sin embargo, el destino que nos juega la mala pasada de siempre, hace que en un choque imprevisto, en un cruce de miradas, en un abrazo de oso, en una sonrisa de confianza, tu cabeza se confunda hasta límites insospechados.
Pero si de algo he podido presumir muchas veces es de tener la sangre fría y el corazón de hielo. Lo poco de sangre caliente que me corre por el corazón me hace ver las cosas claras.
Puedo estar confundida, pero sé de sobra de quien es mi corazón. Y sin dudarlo, es de mi chico. De mi chico de ojos miel. De mi bicho raro.
Lo siento ojitos azules, contigo tengo química, pero con él tengo historia. Y eso, para mí, es razón más que suficiente de continuar con mi vida tal y como estaba. Algún día las cosas cambiaran, pero déjame decirte que sé, lo siento en los huesos y en nuestra manera tan peculiar de entendernos, que algún día nos volveremos a encontrar. Y las cosas quizás, sean diferentes.
Por el momento, mucha suerte, que te vaya bien y que tú sigas siendo así de increíble.
Yo continúo con la vida, a tu lado, que es como más me gusta vivir la.
Quizás debido a mi rareza nunca he encontrado a nadie por quien valga la pena luchar. Alguien con quien compartir emociones, sentimientos, momentos...Pero las cosas cambiaron. Cambiaron hace mucho. Puedo decir que he encontrado a alguien tan raro como yo. Un bicho raro que no encaja bien en nuestra odiada sociedad. Alguien de mi estilo, aunque totalmente diferente. Somos como una especie de puzzle, pero más complicado. No encajamos muy bien, pero en algunas cosas, encajamos mejor que bien. Algo difícil de entender. Yo me siento cómoda en su mundo, pero ¿sabéis de esas veces en las que sabes que las cosas van a cambiar por mucho que tú intentes lo contrario? Algo así me ha pasado a mí. Llevo sintiendo que las cosas van a cambiar desde hace meses, pero todo seguía igual. Sin embargo, el destino que nos juega la mala pasada de siempre, hace que en un choque imprevisto, en un cruce de miradas, en un abrazo de oso, en una sonrisa de confianza, tu cabeza se confunda hasta límites insospechados.
Pero si de algo he podido presumir muchas veces es de tener la sangre fría y el corazón de hielo. Lo poco de sangre caliente que me corre por el corazón me hace ver las cosas claras.
Puedo estar confundida, pero sé de sobra de quien es mi corazón. Y sin dudarlo, es de mi chico. De mi chico de ojos miel. De mi bicho raro.
Lo siento ojitos azules, contigo tengo química, pero con él tengo historia. Y eso, para mí, es razón más que suficiente de continuar con mi vida tal y como estaba. Algún día las cosas cambiaran, pero déjame decirte que sé, lo siento en los huesos y en nuestra manera tan peculiar de entendernos, que algún día nos volveremos a encontrar. Y las cosas quizás, sean diferentes.
Por el momento, mucha suerte, que te vaya bien y que tú sigas siendo así de increíble.
Yo continúo con la vida, a tu lado, que es como más me gusta vivir la.
martes, 18 de septiembre de 2012
Cámbiame la vida.
-Princesa.
+Imbécil.
-Preciosa.
+Prepotente.
Ella se da la vuelta para abrir la puerta y marcharse y él, en un acto reflejo, la agarra por el codo y le da la vuelta. Sus ojos quedan a la misma altura.
-Serás mía. Quieras o no quieras. No me importa lo rebelde que te puedas poner o lo infantil que puedes llegar a ser, pero quiero que seas mía, y yo, en tu lugar, empezaría a aceptarlo, porque sabes que pasará.
+Su-él-ta-me.
-No quiero.
+Gritaré.
-No me importa. No gritarás. No te conviene un escándalo, porque cómo bien sabes, a mí me da igual los escándalos. Sólo te perjudicarías tú, lo que haría que las cosas fueran más fáciles. Así que sí. Grita todo lo que te de la gana y serás mía mucho antes de lo planeado.
+Eres un maldito cerdo arrogante. No te mereces nada, ¡nada! Sí de verdad estás esperando que me lance a tus pies como todas las demás, estás equivocado. Yo nunca seré tuya y si me obligas, te aseguro que convertiré tu vida en un maldito infierno.
-Buenas tardes, señorita - Él la suelta mientras sonríe con una sonrisa franca, amistosa y al mismo tiempo, falsa.
Ella se da la vuelta rápido y se dirige a la puerta con paso rápido, pero no sin antes dedicarle una mirada fría, de odio, totalmente desprovista de amabilidad. Sale y da un portazo.
Él se lleva las manos a la cabeza mientras se dirige al aparador dónde se sirve una copa de ron.
-No sé que voy a hacer con ella - dice en voz alta mientras se lleva la copa a los labios - podría hacer las cosas fáciles y aceptar su destino, pero no. Ella quiere jugar, ¿no? Pues que así sea. Jugaremos y ganaré y entonces no habrá nada lo suficientemente fuerte como para alejarme de ella.
Se dirige a la ventana, descorre las cortinas y mira hacía el exterior. Ahí está ella, caminando con paso rápido, enfadado. Un ángel caído es lo que parece. En ese momento ella mira hacía arriba. Y lo ve. Maldita sea, mira que había mujeres y mira que podía tener a quién quisiera con solo chasquear los dedos y va y se fija en la menos adecuada. Es la más fiera de todas.Pero él la domaría y además no le importaba, cuando quería algo, no había alma viviente que le hiciera cambiar de opinión. Y en el fondo, él la quería.
Después de salir por la puerta de la casa, ella camina rápido, enfadada con todos. No quiere oír nada de nadie.
-Pero, ¿quién se habrá creído que es? ¿Quién se piensa que soy? ¿Una figura de colección? No pienso ser suya, es un maldito arrogante, un subnormal con ese pelo negro, esos ojos verdes, esa sonrisa perfecta...¡Maldito cerdo! Le odio. Le odio con todas mis fuerzas y no pienso ser suya. Por nada del mundo.
Sigue caminando y entonces siente una mierda. Como si la observaran. Mira hacía arriba y lo ve. Está en la ventana, mirándola como si fuera suya. De su propiedad.
Malditos sean esos ojos verdes y maldito su corazón, que se para cuando siente su mirada. No quería ser de nadie, quería ser libre. Pero él... Él quería domarla y eso no se lo iba a consentir a nadie, aunque en el fondo...En el fondo, sí que quería.
+Imbécil.
-Preciosa.
+Prepotente.
Ella se da la vuelta para abrir la puerta y marcharse y él, en un acto reflejo, la agarra por el codo y le da la vuelta. Sus ojos quedan a la misma altura.
-Serás mía. Quieras o no quieras. No me importa lo rebelde que te puedas poner o lo infantil que puedes llegar a ser, pero quiero que seas mía, y yo, en tu lugar, empezaría a aceptarlo, porque sabes que pasará.
+Su-él-ta-me.
-No quiero.
+Gritaré.
-No me importa. No gritarás. No te conviene un escándalo, porque cómo bien sabes, a mí me da igual los escándalos. Sólo te perjudicarías tú, lo que haría que las cosas fueran más fáciles. Así que sí. Grita todo lo que te de la gana y serás mía mucho antes de lo planeado.
+Eres un maldito cerdo arrogante. No te mereces nada, ¡nada! Sí de verdad estás esperando que me lance a tus pies como todas las demás, estás equivocado. Yo nunca seré tuya y si me obligas, te aseguro que convertiré tu vida en un maldito infierno.
-Buenas tardes, señorita - Él la suelta mientras sonríe con una sonrisa franca, amistosa y al mismo tiempo, falsa.
Ella se da la vuelta rápido y se dirige a la puerta con paso rápido, pero no sin antes dedicarle una mirada fría, de odio, totalmente desprovista de amabilidad. Sale y da un portazo.
Él se lleva las manos a la cabeza mientras se dirige al aparador dónde se sirve una copa de ron.
-No sé que voy a hacer con ella - dice en voz alta mientras se lleva la copa a los labios - podría hacer las cosas fáciles y aceptar su destino, pero no. Ella quiere jugar, ¿no? Pues que así sea. Jugaremos y ganaré y entonces no habrá nada lo suficientemente fuerte como para alejarme de ella.
Se dirige a la ventana, descorre las cortinas y mira hacía el exterior. Ahí está ella, caminando con paso rápido, enfadado. Un ángel caído es lo que parece. En ese momento ella mira hacía arriba. Y lo ve. Maldita sea, mira que había mujeres y mira que podía tener a quién quisiera con solo chasquear los dedos y va y se fija en la menos adecuada. Es la más fiera de todas.Pero él la domaría y además no le importaba, cuando quería algo, no había alma viviente que le hiciera cambiar de opinión. Y en el fondo, él la quería.
Después de salir por la puerta de la casa, ella camina rápido, enfadada con todos. No quiere oír nada de nadie.
-Pero, ¿quién se habrá creído que es? ¿Quién se piensa que soy? ¿Una figura de colección? No pienso ser suya, es un maldito arrogante, un subnormal con ese pelo negro, esos ojos verdes, esa sonrisa perfecta...¡Maldito cerdo! Le odio. Le odio con todas mis fuerzas y no pienso ser suya. Por nada del mundo.
Sigue caminando y entonces siente una mierda. Como si la observaran. Mira hacía arriba y lo ve. Está en la ventana, mirándola como si fuera suya. De su propiedad.
Malditos sean esos ojos verdes y maldito su corazón, que se para cuando siente su mirada. No quería ser de nadie, quería ser libre. Pero él... Él quería domarla y eso no se lo iba a consentir a nadie, aunque en el fondo...En el fondo, sí que quería.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Equivocarse y rectificar se escriben en la misma línea.
"Cariño perdóname. Siento mucho todo lo que te he hecho a lo largo de este año a tu lado. De verdad, te juro que nunca fue mi intención hacerle daño a nadie, es sólo que yo nunca he querido que nadie me quiera, y me importaba una mierda si tú sentías algo o no. Yo solo quería tu cuerpo, y con eso me conformaba. Siento mucho haberte alejado de él. Lo siento de corazón, pero no me arrepiento. Él nunca podría haberte hecho feliz. Tú piensas que sí, pero no. Además, si te hubiera querido, hubiera luchado por ti. Habría salido corriendo contigo el mismo día que decidí que me pertenecerías para siempre. Pero no lo hizo. Se marcho sin más, sin ni si quiera intentarlo. En ese momento me entraron ganas de matarlo y de abrazarlo al mismo tiempo. Me parecía increíble que alguien que afirma amar a una mujer por encima de todas las cosas no tenga los cojones de salir con ella a cuestas pese a todo lo que ocurra después. No le importaría el escándalo con tal de ser feliz con ella. No le importabas lo suficiente. Quería tenerte sin tener que renunciar a nada, de la forma fácil. No merece que se le llame hombre. Cuando me dijiste que nunca serías capaz de amarme, no me importó. Bien sabe Dios que nadie nunca lo ha hecho, pero las cosas han cambiado. Cada vez que me negabas un beso o que regalabas tus sonrisas a otras personas y a mí me mirabas con una mirada fría, de odio, el mundo se me venía encima. Sin embargo cada día te deseaba más. Te necesitaba como el aire, con la certeza de que si te vas, algo de mí se iría detrás de ti. Y lo peor fue cuando decidiste marcharte, volver a tu casa, con las personas que realmente te importaban. Sin mí. Pensé que me había vuelto loco, pero en ningún momento dudé en ir detrás de ti y hacerte regresar a mi lado al precio que fuera. No pensaba tolerar que tú me dejarás, que te alejarás. Podrías no quererme, pero mientras yo te deseara, estarías a mi lado. Me importaba una mierda tus sentimientos. Y eso fue lo peor. Por eso te pido perdón. Porque te quiero, porque me he dado cuenta, quizás demasiado tarde y porque, maldita sea, te necesito más que nunca. Por favor, perdóname. Necesito abrazarte cada noche y olvidar todo cuando me das esos besos. Sé que me quieres, me lo has demostrado. Te has enamorado del villano del cuento, el mismo que alejo a la princesa de su "príncipe azul". No me dejes solo, porque no sería capaz de soportarlo."
sábado, 15 de septiembre de 2012
Hasta el amanecer.
Te paras en frente de mí y capturas mi boca con la tuya. Admiro tu capacidad de hacerme olvidar hasta mi nombre con un solo beso. Tus manos en mi espalda buscando la orilla de mi chaleco, desesperadas.
+Te he echado mucho de menos, muñeca.
Tu ropa por el suelo, la mía haciéndole compañía. ¿Cómo he podido sobrevivir tanto tiempo sin tus caricias? ¿Cómo mi cuerpo ha sido capaz de resistir una sola de tus miradas azules? Apoyas tu frente en la mía y a un solo centímetro de mi boca sonríes y como si la vida me fuera en ello me aferro a esa sonrisa. Quiero recordarla cuando te vuelvas a ir.
+Tú también me has echado de menos, no disimules.
-No estoy disimulando. Sabes que sí.
+Pero cómo yo he sido el que más te ha echado de menos, esta noche me toca jugar a mí. Hoy mando yo.
-¿Cómo lo sabes?
+Intuición masculina.
Y un solo segundo estamos en la cama. Tus ojos que se encuentran con los míos y brillan, cómplices de todo lo que estamos sintiendo. Tus manos que no se paran y tu risa contagiosa, perversa.
+¿Dejarás que me porte mal? Si no me dejas, me da igual. Voy a serlo de todas formas.
Sólo tú eres capaz de hacerme esas preguntas. Sólo tú podrías hacer que me sintiera así. Como respuesta te muerdo el labio. Creo que no hay nada más que decir, sólo que en ese momento, en ese preciso momento en que tus labios reclamaron mi cuerpo, deje de pensar. Deje a un lado todo lo que estaba pensando y solo fui capaz de reclamar tu nombre. Suspirarlo, gemirlo, amarlo, sentirlo, suplicarlo. Hacerlo mío de todas las formas posibles y recibir como respuesta el susurro de tu respiración en mi oído, con una sola súplica capaz de poner mi mundo boca abajo y dejar a mi pobre corazón buscando la manera de volver a controlar los latidos:
+Te necesito.
viernes, 14 de septiembre de 2012
Grandes personas.
Mi madre siempre ha tenido la capacidad de hacerme entender las cosas, incluso cuando esas cosas me duelan. Lo que más hace a lo largo del día es darme consejos. Me aconseja con todo. Uno de sus consejos que tengo grabado a fuego en la mente es el que me dijo el día que la persona a la que yo consideraba mi mejor amiga me abandonó. Me dijo, "Sabes que me gusta darte consejos. Consejos que quizás tú ignoras, pero que a los que, estoy segura, dedicas al menos un pensamiento, pero me gustaría que a este le dediques mucho más que un pensamiento y que lo lleves siempre en la mente. Los amigos existen. Siempre te han dicho que no, que no se puede confiar en nadie y que todos, tarde o temprano te abandonan. Déjame decirte que ahí afuera hay gente que te está esperando. Que serán grandes personas en tu vida y que te ayudaran, incluso cuando pienses que están siendo unos cabrones y que no te entienden. No debes confiar en todo el mundo, eso tenlo presente siempre, pero al final te darás cuenta de que si hay gente por la que merece la pena, incluso atarse a un árbol. No esperes que sean muchos. Cómo mucho serán tres. No esperes más. Los demás solo serán conocidos que estarán contigo en las buenas pero desaparecerán en las malas. Sé que ahora mismo quizás estés demasiado dolida como para tomarme en serio, pero mira, no es el fin del mundo. Si ella se ha ido es porque no era lo que todos pensábamos. No era tu mejor amiga y tampoco merecía la pena. Mira, si al final de tu vida eres capaz de contar a tus verdaderos amigos, los que siempre han estado ahí, ayudando cuando las cosas se ponían demasiado feas, con los dedos de una sola mano, entonces puedes darte por satisfecha, porque serán los que verdaderamente, merezcan la pena. Cuando te calmes y empieces a pensar de nuevo, vacía tu mente y mira las cosas fríamente. Te darás cuenta que en el fondo, siempre tengo razón".
Volviendo a mi vida me he dado cuenta de que ella tiene razón. Siempre la tiene. Eso de que los lazos de sangre son lo que más une y que serán las únicas personas que estarán contigo siempre, no es del todo cierto. Tengo la suerte de conocer a personas que merecen mucho más que lo que yo les puedo dar, y siguen conmigo, incluso cuando las cosas no son buenas. Quiero pensar que merecen la pena, aunque quizás en un futuro las cosas cambien. No llevan mi sangre pero es como si la llevaran. Y eso es mucho más de lo que podría desear.
Volviendo a mi vida me he dado cuenta de que ella tiene razón. Siempre la tiene. Eso de que los lazos de sangre son lo que más une y que serán las únicas personas que estarán contigo siempre, no es del todo cierto. Tengo la suerte de conocer a personas que merecen mucho más que lo que yo les puedo dar, y siguen conmigo, incluso cuando las cosas no son buenas. Quiero pensar que merecen la pena, aunque quizás en un futuro las cosas cambien. No llevan mi sangre pero es como si la llevaran. Y eso es mucho más de lo que podría desear.
jueves, 13 de septiembre de 2012
No llores, princesa.
Es curioso, nunca he buscado a nadie especial. Nunca he querido a nadie diferente del resto. Lo único que he querido siempre es encontrar a alguien que me quiera tal y como soy, con virtudes y defectos incluidos. Alguien capaz de bajarme las estrellas cada vez que quisiera verlas. Una persona capaz de dibujar corazones en el aire mientras sonríe. Que diga lo que de verdad siente, no lo que yo quiero escuchar.
Y lo más curioso de todo es que tú me encontraste a mí. Me encontraste perdida, sentada en una acera mirando el cielo sin saber que más hacer, como seguir con mi vida y buscando mentiras nuevas para justificar mi ausencia. Tenía las mejillas encharcadas, el corazón roto en mil pedazos y la moral por los suelos, sin embargo te sentaste a mi lado y me diste una flor. Un jazmín. Te miré y vi una sonrisa de entendimiento reflejada en tus ojos azules. No había visto en mi vida a nadie más guapo que tú, con tu gorro gris, tu sudadera ancha y tus vaqueros desgastados. Pensé que estaba soñando, hasta que me hablaste.
+¿Qué hace una princesa cómo tú sola y llorando?
-No soy ninguna princesa.
+Yo creo que sí. Las princesas no lloran. Y si no eres una princesa, déjame decirte que tampoco deberías llorar. Y más si por quién lloras no merece la pena.
-¿Cómo sabes que estoy llorando por alguien?
+Porque yo también he estado aquí, en este mismo sitio, llorando sin parar por alguien a quien yo consideraba una reina. Me he quedado dormido abrazando a la almohada y pensando en ella más de un año, sin saber como sobrevivir al día siguiente. La he buscado por todos sitios, exigiendo una explicación y no la he encontrado. Al final me dí cuenta de que no merecía la pena y de que mis lágrimas quizás sean mucho más valiosas de lo que yo mismo pienso. Y tú, eres una princesa de los pies a las cabeza, así que sécate esas lágrimas y regala me una sonrisa.
-Gracias por considerarme una princesa y por animarme. Tienes razón, no se merece mis lágrimas y mucho menos mis sonrisas.
+¿Y yo? ¿Me merezco una de tus fantásticas sonrisas?
-¿Cómo puedes saber si es fantástica si todavía no la has visto? Te mereces mucho más que una sonrisa.
+Sé que será fantástica. Bueno, pues entonces sonríe me, que me lo merezco ¿no?
Entonces, sonreí como nunca antes lo había hecho. Fue una sonrisa sincera, de las de verdad. Hasta me dolió la cara, no recordaba la última vez que había sonreído. Y tú la sacaste. Me sentí tan bien, tan ilusionada. Y tú me regalaste otra sonrisa más. Una de sincera alegría.
+Lo que dije, toda una princesa. Sólo te falta la corona. Bueno princesa, me tengo que ir. Espero volver a verte algún día, y que tu sonrisa siga siendo tan resplandeciente.
Y yo en ese momento desee que el tiempo se parara, que no te fueras, y que si te tenías que ir, que de verdad nos volviéramos a encontrar.
En el momento en qué desapareciste decidí que mi flor favorita sería el jazmín, que por cierto todavía conservo entre las páginas de mi libro preferido, y que mi color favorito sería el azul. Pero no el azul de tus ojos, ese es imposible ya que nunca he visto un azul más intenso que el tuyo.
Ahora estoy de buen humor. Espero sinceramente volverte a ver, y que esta princesa sea capaz de enamorar al príncipe, porque estoy segura de que lo eres, para que él no la deje sola nunca más.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Tarde o temprano tenía que explotar.
Hoy, en este momento, solo quiero hablar de la verdad. Sobre mi vida real. Sobre lo que mi corazón siente en este momento.
A ver, la verdad es que mi querida cabeza ahora mismo no está pasando uno de sus mejores momentos de lucidez. Siempre he presumido de tener las ideas muy claras, de saber lo que quería y de poder despedazar mis sentimientos cuando me diera la gana. Bueno, pues resulta que hoy las cosas han cambiado. Mi mundo, tal y como lo estoy viviendo desde hace casi dos años, se esta viniendo abajo por momentos. Aunque, siendo sinceros, las cosas están raras desde antes de que empezara el verano. Quiero pensar que todo por lo que he luchado todo este tiempo, vale la pena, aunque a veces no lo demuestre.
Yo he sido bastante hija de puta con alguien importante. Y como resultado, él ahora es más o menos igual.
Quiero decir, que lo que si tengo claro, es que le quiero. Le quiero desde hace mucho. Y eso no lo puede cambiar nadie, aunque él se empeñe en ser un capullo.
Pero sin embargo ha aparecido otra persona. Bueno, esta persona lleva bastante tiempo en mi vida, pero yo fui la que lo alejo de mí, hace más de dos años. Sí, lo sé, ahora es cuando me jodo, por cabrona. Pero es que él se parece tanto a mí. Le gusta casi todo lo que me gusta a mí, me entiende. Otros no.
Por eso quiero pensar que mi cabeza se ha encaprichado, no se ha enamorado. Eso sí que lo sé. Sé de quién estoy enamorada, y no es mi preciado chico de los ojos azules.
Me gusta, es cierto y puede que él merezca más la pena, no lo dudo, pero mientras mi corazón le pertenezca a otro, no hay más que hablar.
Si escribo esto es porque lo necesitaba. Necesitaba hablar de una puta vez, dejar de guardarme lo todo para mí, y exponerlo de la mejor forma que sé. Escribiendo.
Y lo último es que las cosas nunca son lo que parecen. Por fuera puedo parecer yo la buena, pero por dentro, quizás las cosas son diferentes...
A ver, la verdad es que mi querida cabeza ahora mismo no está pasando uno de sus mejores momentos de lucidez. Siempre he presumido de tener las ideas muy claras, de saber lo que quería y de poder despedazar mis sentimientos cuando me diera la gana. Bueno, pues resulta que hoy las cosas han cambiado. Mi mundo, tal y como lo estoy viviendo desde hace casi dos años, se esta viniendo abajo por momentos. Aunque, siendo sinceros, las cosas están raras desde antes de que empezara el verano. Quiero pensar que todo por lo que he luchado todo este tiempo, vale la pena, aunque a veces no lo demuestre.
Yo he sido bastante hija de puta con alguien importante. Y como resultado, él ahora es más o menos igual.
Quiero decir, que lo que si tengo claro, es que le quiero. Le quiero desde hace mucho. Y eso no lo puede cambiar nadie, aunque él se empeñe en ser un capullo.
Pero sin embargo ha aparecido otra persona. Bueno, esta persona lleva bastante tiempo en mi vida, pero yo fui la que lo alejo de mí, hace más de dos años. Sí, lo sé, ahora es cuando me jodo, por cabrona. Pero es que él se parece tanto a mí. Le gusta casi todo lo que me gusta a mí, me entiende. Otros no.
Por eso quiero pensar que mi cabeza se ha encaprichado, no se ha enamorado. Eso sí que lo sé. Sé de quién estoy enamorada, y no es mi preciado chico de los ojos azules.
Me gusta, es cierto y puede que él merezca más la pena, no lo dudo, pero mientras mi corazón le pertenezca a otro, no hay más que hablar.
Si escribo esto es porque lo necesitaba. Necesitaba hablar de una puta vez, dejar de guardarme lo todo para mí, y exponerlo de la mejor forma que sé. Escribiendo.
Y lo último es que las cosas nunca son lo que parecen. Por fuera puedo parecer yo la buena, pero por dentro, quizás las cosas son diferentes...
Tanto si te gusta como si no, yo he entrado en tu vida y tú en la mía.
¿Conoces la leyenda del hilo rojo? Da igual, yo te la cuento.
Según una leyenda anónima de origen chino cuenta que entre dos personas que están destinadas a tener un vínculo existe un hilo rojo invisible que los une desde antes de que dichas personas se conozcan y es irrompible. Hay veces que el hilo se tensa, pero nunca llega a romperse.
¿Y sabes que pienso yo de todo esto? Que tú tienes ese maldito hilo rojo que nos conecta. No me preguntes porque lo sé, porque no tengo ni idea. Llámalo intuición.
Es curioso porque no nos conocemos. Bueno, de vista, sí. De miradas fijas y de sonrisas tontas.
Hemos coincidido tantas veces, que a veces pienso que puedes leerme la mente. Sin embargo, siempre nos miramos, sonreímos y volvemos a nuestra vida, pero sé que serás alguien importante en mi futuro.
Sé que estás ahí afuera, quizás buscándome o tal vez, haciendo feliz a otra. Pero no me importa, estoy segura de que serás para mí, tus ojos azules no mienten. Y he visto más en una mirada tuya que en miles de otros. Así que soy paciente, espero hasta que el tiempo o lo que sea, haga de las suyas y nos volvamos a encontrar.
Por el momento quiero pensar que nuestro hilo, irrompible o no, te guiará hasta mí para que puedas quedarte para siempre.
Según una leyenda anónima de origen chino cuenta que entre dos personas que están destinadas a tener un vínculo existe un hilo rojo invisible que los une desde antes de que dichas personas se conozcan y es irrompible. Hay veces que el hilo se tensa, pero nunca llega a romperse.
¿Y sabes que pienso yo de todo esto? Que tú tienes ese maldito hilo rojo que nos conecta. No me preguntes porque lo sé, porque no tengo ni idea. Llámalo intuición.
Es curioso porque no nos conocemos. Bueno, de vista, sí. De miradas fijas y de sonrisas tontas.
Hemos coincidido tantas veces, que a veces pienso que puedes leerme la mente. Sin embargo, siempre nos miramos, sonreímos y volvemos a nuestra vida, pero sé que serás alguien importante en mi futuro.
Sé que estás ahí afuera, quizás buscándome o tal vez, haciendo feliz a otra. Pero no me importa, estoy segura de que serás para mí, tus ojos azules no mienten. Y he visto más en una mirada tuya que en miles de otros. Así que soy paciente, espero hasta que el tiempo o lo que sea, haga de las suyas y nos volvamos a encontrar.
Por el momento quiero pensar que nuestro hilo, irrompible o no, te guiará hasta mí para que puedas quedarte para siempre.
martes, 11 de septiembre de 2012
Nuestro pequeño puzzle personal.
Hola mom amour. Sí, soy yo, la pesada que ahora mismo te está escuchando tocar la guitarra desde la cocina. No quiero molestarte, pero lo haces genial. Ahora es cuando tú pones los ojos en blanco y dices eso de "tampoco es para tanto" sonríes y eso te delata. No sé, sabes que esto de escribir me encanta, que mi imaginación a veces no tiene límites, y que te agradezco enormemente que hagas el pequeño esfuerzo de leer todas las tonterías que escribo. Si ahora te estoy escribiendo esto, no es más que para darte las gracias, en parte por aguantarme cuando me pongo insoportable y para echarte la bronca un poquito. Sé que somos muy diferentes, tanto que parece mentira que todavía no nos hayamos matado. Peleamos por todo, incluso por la típica guerrilla, que a pesar de los años, seguimos teniendo de ciencias y letras. No te quieres enterar de que algún día dominaremos el mundo, pequeño ingenuo. Pero, bueno ese no es el caso. Sé que te rayas mucho por eso de que somos demasiado diferentes como para compartir nuestra vida juntos, que nuestras peleas son demasiado fuertes, siempre terminamos mal; yo llorando, tú durmiendo fuera. También sé que lo que a mí me encanta a ti te desagrada. Pero también sé que podemos soportarlo. A fin de cuentas un puzzle no se hace con todas las piezas iguales ¿no?
¿Sabes que es lo que sé también? Que ahora mismo, mientras lees esto te estás mordiendo el labio inferior, mientras piensas "que chica más tonta" Pero soy tu tonta, eso nadie podría cambiarlo. Cuando termines de leer te meterás las manos en los bolsillos, como haces siempre, y empezarás a llamarme a voces por toda la casa. Pues espera, que te ahorro esa parte. Estoy arriba, en nuestra habitación. Cabe decirte que si subes, te demostraré como dos piezas, aparentemente diferentes que no tienen nada en común, pueden encajar perfectamente en nuestro pequeño puzzle particular. Sube y te lo demostraré.
¿Sabes que es lo que sé también? Que ahora mismo, mientras lees esto te estás mordiendo el labio inferior, mientras piensas "que chica más tonta" Pero soy tu tonta, eso nadie podría cambiarlo. Cuando termines de leer te meterás las manos en los bolsillos, como haces siempre, y empezarás a llamarme a voces por toda la casa. Pues espera, que te ahorro esa parte. Estoy arriba, en nuestra habitación. Cabe decirte que si subes, te demostraré como dos piezas, aparentemente diferentes que no tienen nada en común, pueden encajar perfectamente en nuestro pequeño puzzle particular. Sube y te lo demostraré.
domingo, 9 de septiembre de 2012
Bob Marley
Ella no es perfecta. Tú tampoco lo eres, y ninguno de los dos, probablemente lo seréis. Pero si ella puede hacerte reír al menos una vez, te hace pensar dos veces. Si admite ser humana y cometer errores no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a recitarte poesía. No está pensando en ti en todo momento, pero te dará una parte de ella que sabe que podrías romper. No la lastimes. No la cambies y no esperes de ella más de lo que puede darte. No analices. Sonríe cuando te haga feliz, grita cuando te haga enojar y extráñala cuando no este. Ama con todo tu ser cuando recibas su amor, porque no existen las chicas perfectas, pero siempre habrá una chica que es perfecta para ti.
sábado, 8 de septiembre de 2012
Gracias, experiencia.
Si algo me ha gustado siempre de mi vida, es que sé donde está mi lugar. Sé por donde tengo que caminar para llegar a mi destino, y si me salgo de la vía, tengo personitas que me acompañan de vuelta a mi propio sendero. Me he caído miles de veces, no penséis que no, porque nadie tiene esa perfección, pero me he levantado. Con trabajo, pero lo he hecho.
Tampoco me rindo a la primera. Insisto todo lo que puedo, pero sé cuando hay que tirar la toalla. Tengo la suerte o la desgracia, de haber coincidido con personas que me han abierto los ojos a base de putadas. Se aprende, créeme, se aprende incluso por las malas. Soy de las que ha chocado con la misma piedra más de dos veces, y la misma que cuando se cansa lo manda todo a la mierda, aunque a la larga se arrepienta. Tengo el nº de amigos bastante restringido, ni entra ni sale ninguno más. Con los que tengo me basta.
Lo que sí que me da coraje es que queráis cambiar todo lo que tenéis sin mover un solo dedo. Yo también quiero cambiar muchas cosas y estoy en ello. Es difícil, como todo. Si fuera fácil, no merecería la pena.
La experiencia es la mejor maestra, aunque otros la llamen "errores". Para mí no lo son. Me hicieron feliz y eso es lo que cuenta y de lo que va este macabro juego al que muchos llamamos vida. Y el que la gran mayoría no sea capaz de vivir la vida como quiere por el miedo a equivocarse, solo deciros que os estáis perdiendo vuestra propia vida. Que sí os tenéis que equivocar, pues equivocaros. Aprendéis antes.
Y si también os da miedo lo que la gente piense, sois gilipollas, totalmente. Si no os gusta vuestra vida, cambiadla. O intentad que os guste, miradle el lado bueno a las cosas. No todo es malo, ¿no creéis?
Tampoco me rindo a la primera. Insisto todo lo que puedo, pero sé cuando hay que tirar la toalla. Tengo la suerte o la desgracia, de haber coincidido con personas que me han abierto los ojos a base de putadas. Se aprende, créeme, se aprende incluso por las malas. Soy de las que ha chocado con la misma piedra más de dos veces, y la misma que cuando se cansa lo manda todo a la mierda, aunque a la larga se arrepienta. Tengo el nº de amigos bastante restringido, ni entra ni sale ninguno más. Con los que tengo me basta.
Lo que sí que me da coraje es que queráis cambiar todo lo que tenéis sin mover un solo dedo. Yo también quiero cambiar muchas cosas y estoy en ello. Es difícil, como todo. Si fuera fácil, no merecería la pena.
La experiencia es la mejor maestra, aunque otros la llamen "errores". Para mí no lo son. Me hicieron feliz y eso es lo que cuenta y de lo que va este macabro juego al que muchos llamamos vida. Y el que la gran mayoría no sea capaz de vivir la vida como quiere por el miedo a equivocarse, solo deciros que os estáis perdiendo vuestra propia vida. Que sí os tenéis que equivocar, pues equivocaros. Aprendéis antes.
Y si también os da miedo lo que la gente piense, sois gilipollas, totalmente. Si no os gusta vuestra vida, cambiadla. O intentad que os guste, miradle el lado bueno a las cosas. No todo es malo, ¿no creéis?
viernes, 7 de septiembre de 2012
...
Entro en casa, apago la luz, me siento en la mesa y descorcho la botella. Como me odio cuando hago esto. Como odio que la vida sea capaz de acabar con mis propias ganas de seguir.
El primer trago es por mí. Por todo lo que he cambiado. Yo antes no era así...Si a mí nunca me ha interesado caerle bien a nadie, todo me daba igual. Pero la gente cambia. Y yo cambié. Para mal. Deje de lado todo lo que me importaba, todo lo que quería, todo lo que necesitaba solo para ser otra estúpida marioneta, movida por la sociedad...¡Bah! no tengo ganas de ponerme sentimental.
El segundo es por la vida, esa maldita hija de puta, que lo único que sabe hacer es poner trabas y obstáculos. Nunca he sido una luchadora innata, pero, joder, no me rendí a la primera. He luchado como nadie por alcanzar lo que quería, y al final, mira dónde he terminado.
El tercero por la gente. La gente falsa que te da la mano y cuando te das la vuelta ya te han apuñalado. Esas que te regalan sonrisas envueltas en miradas de odio profundo. Las principales responsables de mi hundimiento. Pero, tranquilos, todo se paga.
Y lo que queda de botella es por ti. Por ti y por tus falsas promesas. Por jurarme el cielo y luego haber desaparecido como si nunca hubieras existido. Por alegrarme los días y al marcharte, dejarme sumida en esta maldita existencia a medias. Te has ido y me he quedado sola. Yo no me merecía todo eso. No merecía que me hicieras tanto daño.
Con esta no voy a tener suficiente, mejor voy a buscar otra.
El primer trago es por mí. Por todo lo que he cambiado. Yo antes no era así...Si a mí nunca me ha interesado caerle bien a nadie, todo me daba igual. Pero la gente cambia. Y yo cambié. Para mal. Deje de lado todo lo que me importaba, todo lo que quería, todo lo que necesitaba solo para ser otra estúpida marioneta, movida por la sociedad...¡Bah! no tengo ganas de ponerme sentimental.
El segundo es por la vida, esa maldita hija de puta, que lo único que sabe hacer es poner trabas y obstáculos. Nunca he sido una luchadora innata, pero, joder, no me rendí a la primera. He luchado como nadie por alcanzar lo que quería, y al final, mira dónde he terminado.
El tercero por la gente. La gente falsa que te da la mano y cuando te das la vuelta ya te han apuñalado. Esas que te regalan sonrisas envueltas en miradas de odio profundo. Las principales responsables de mi hundimiento. Pero, tranquilos, todo se paga.
Y lo que queda de botella es por ti. Por ti y por tus falsas promesas. Por jurarme el cielo y luego haber desaparecido como si nunca hubieras existido. Por alegrarme los días y al marcharte, dejarme sumida en esta maldita existencia a medias. Te has ido y me he quedado sola. Yo no me merecía todo eso. No merecía que me hicieras tanto daño.
Con esta no voy a tener suficiente, mejor voy a buscar otra.
jueves, 6 de septiembre de 2012
El amor es cosa de dos, no de tres.
+No podemos hacerle esto...
-Tienes razón, no podemos. Entonces, dime ¿qué haces todavía aquí? Vete, si no eres mía entera, entonces no te quiero. Vete, ahora.
+No puedo...
-¿Por qué? Ya hemos metido la pata miles de veces, y yo te he dicho que lo dejes, que vengas conmigo, que nos escapemos al maldito fin del mundo si es necesario, pero tú sigues en tus treces. Te da miedo. Eres una cobarde que no sabe lo que quiere que...
+¡Calla! ¡Cállate! No entiendes nada, no quieres entender nada. Para ti es muy fácil decir eso. Es fácil porque no eres tú el que ve en sus ojos el amor que siente por mí, todo lo que me ha hecho sentir. No lo entiendes, pero deberías. Porque es tu mejor amigo y creo que a veces, eso, se te olvida.
-No, no se me ha olvidado en ningún momento. Ni siquiera cuando te deseaba más que al maldito aire que respiro. Cuando era yo el que te buscaba, el que te perseguía, porque sabía que tú también me deseabas. Tampoco lo he olvidado ahora. Por eso sé que es mejor que le pongas fin. O se lo pones a él o me lo pones a mí, porque después de todo lo que hemos pasado y de todo lo que tú y yo hemos hecho me es imposible decirte adiós. Yo no puedo ponerle fin. Has de ser tú, si es eso lo que realmente quieres, pero déjame decirte que se que estás enamorada de mí y no de él. Y que cuando lo miras, me ves a mí, cuando lo besas, me besas a mí y cuando estás con él, en su cama, estás pensando en mí.
+Lo sé. No debería haber empezado esto, pero es que era inevitable. Siempre has estado ahí. No quería enamorarme de ti, lo siento pero es la verdad. Sin embargo, ha pasado y le estamos haciendo daño a la persona que menos lo merece. Claro que quiero escapar contigo, claro que quiero ser tuya para siempre, pero dime, ¿soportarías perder a tu mejor amigo por mí? Por alguien que quizás no sera para siempre. Dime ¿lo harías?
-Lo estoy haciendo ahora ¿no? Ya lo he perdido, se entere o no, lo he perdido. ¿Crees que es fácil mirarle a la cara cuando me habla de ti y me dice lo buena que eres? ¿Te puedes imaginar la mierda de persona que me siento cuando él se va y me deja ese maldito gusto amargo en la boca? No, creo que no. Pero tampoco sabes lo que tú me haces sentir. Las sensaciones que mi cuerpo experimenta cuando apareces en la puerta de mi casa. Ni te puedes hacer a la idea, lo rápido que me late el corazón cuando me miras, con esos enormes ojos del color del chocolate y me susurras todo lo que quieres que te haga. Ya lo he perdido todo, solo te tengo a ti y sí mereces la pena, porque aunque no lo digas sé que me quieres.
+Pues claro que te quiero, maldita sea. ¿Por qué si no iba a estar planteándome mi vida contigo? Escaparnos es una locura, lo sabes, pero me importa una mierda. No voy a seguir comportándome como una hija de puta con quién no lo merece. Ya soy tuya y por mucho que me duela, soy feliz contigo, no con él. Te quiero y no me arrepiento de hacerlo. No me arrepiento de haber sido lo que he sido contigo, porque nunca me había sentido así, porque...
+Te quiero. No digas nada más. Mañana tú y yo saldremos de aquí a empezar una nueva vida donde no nos conozcan. Coge lo que necesitas y vete preparando porque prometo hacerte feliz, aunque me cueste la vida. Pero, por favor, sé mía para siempre, que si te marchas, no seré capaz de soportarlo.
-Tuya para siempre, no te preocupes por eso, que tú te encargarás de que mi vida sea la maravilla que siempre he soñado. Contigo lo tengo todo, no me faltara nada. ¿Cómo podría vivir sin ti? Eres todo lo que necesito y con eso me siento satisfecha para toda mi vida.
-Tienes razón, no podemos. Entonces, dime ¿qué haces todavía aquí? Vete, si no eres mía entera, entonces no te quiero. Vete, ahora.
+No puedo...
-¿Por qué? Ya hemos metido la pata miles de veces, y yo te he dicho que lo dejes, que vengas conmigo, que nos escapemos al maldito fin del mundo si es necesario, pero tú sigues en tus treces. Te da miedo. Eres una cobarde que no sabe lo que quiere que...
+¡Calla! ¡Cállate! No entiendes nada, no quieres entender nada. Para ti es muy fácil decir eso. Es fácil porque no eres tú el que ve en sus ojos el amor que siente por mí, todo lo que me ha hecho sentir. No lo entiendes, pero deberías. Porque es tu mejor amigo y creo que a veces, eso, se te olvida.
-No, no se me ha olvidado en ningún momento. Ni siquiera cuando te deseaba más que al maldito aire que respiro. Cuando era yo el que te buscaba, el que te perseguía, porque sabía que tú también me deseabas. Tampoco lo he olvidado ahora. Por eso sé que es mejor que le pongas fin. O se lo pones a él o me lo pones a mí, porque después de todo lo que hemos pasado y de todo lo que tú y yo hemos hecho me es imposible decirte adiós. Yo no puedo ponerle fin. Has de ser tú, si es eso lo que realmente quieres, pero déjame decirte que se que estás enamorada de mí y no de él. Y que cuando lo miras, me ves a mí, cuando lo besas, me besas a mí y cuando estás con él, en su cama, estás pensando en mí.
+Lo sé. No debería haber empezado esto, pero es que era inevitable. Siempre has estado ahí. No quería enamorarme de ti, lo siento pero es la verdad. Sin embargo, ha pasado y le estamos haciendo daño a la persona que menos lo merece. Claro que quiero escapar contigo, claro que quiero ser tuya para siempre, pero dime, ¿soportarías perder a tu mejor amigo por mí? Por alguien que quizás no sera para siempre. Dime ¿lo harías?
-Lo estoy haciendo ahora ¿no? Ya lo he perdido, se entere o no, lo he perdido. ¿Crees que es fácil mirarle a la cara cuando me habla de ti y me dice lo buena que eres? ¿Te puedes imaginar la mierda de persona que me siento cuando él se va y me deja ese maldito gusto amargo en la boca? No, creo que no. Pero tampoco sabes lo que tú me haces sentir. Las sensaciones que mi cuerpo experimenta cuando apareces en la puerta de mi casa. Ni te puedes hacer a la idea, lo rápido que me late el corazón cuando me miras, con esos enormes ojos del color del chocolate y me susurras todo lo que quieres que te haga. Ya lo he perdido todo, solo te tengo a ti y sí mereces la pena, porque aunque no lo digas sé que me quieres.
+Pues claro que te quiero, maldita sea. ¿Por qué si no iba a estar planteándome mi vida contigo? Escaparnos es una locura, lo sabes, pero me importa una mierda. No voy a seguir comportándome como una hija de puta con quién no lo merece. Ya soy tuya y por mucho que me duela, soy feliz contigo, no con él. Te quiero y no me arrepiento de hacerlo. No me arrepiento de haber sido lo que he sido contigo, porque nunca me había sentido así, porque...
+Te quiero. No digas nada más. Mañana tú y yo saldremos de aquí a empezar una nueva vida donde no nos conozcan. Coge lo que necesitas y vete preparando porque prometo hacerte feliz, aunque me cueste la vida. Pero, por favor, sé mía para siempre, que si te marchas, no seré capaz de soportarlo.
-Tuya para siempre, no te preocupes por eso, que tú te encargarás de que mi vida sea la maravilla que siempre he soñado. Contigo lo tengo todo, no me faltara nada. ¿Cómo podría vivir sin ti? Eres todo lo que necesito y con eso me siento satisfecha para toda mi vida.
martes, 4 de septiembre de 2012
No aprendes corazón.
No quiero enamorarme. No puedo enamorarme. No, no me acaricies ahora, no me mires de esa manera, con ese azul intenso que puede convertirse en mi mundo. Maldita sea, puedes tener a quien quieras, puedes ser feliz con quien se te antoje, incluso sé, que si quisieras, puedes vivir cada día con una tía diferente. ¿Por qué yo? ¿Por qué vienes a buscarme cada noche? No quiero. Sí, si quiero. Claro que quiero. ¿Cómo resistirme al tacto de tus manos? ¿Cómo escapar de tu boca que es capaz de borrar años y años de soledad? Todas las noches te pregunto lo mismo, y todas las noches contestas con una sonrisa sesgada y una mirada cargada de promesas. No, no te acerques. Otra vez no. No lo aguanto, si sigues diciendo tonterías de amor y de pasión voy a caer rendida a tus pies. Sé a que juegas, sé que te propones. No quiero ser tu entretenimiento, no quiero vivir esperando tus llamadas...Espera, eso ya lo hago...Mierda.
-¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me buscas cada noche? No me gusta este tipo de juegos. No me hace gracia que juegues conmigo, ¿por qué lo haces?
+Porque te quiero. Intento demostrarte lo cada vez que vengo a buscarte. Cada vez que abres la boca para preguntar alguna gilipollez, te la cierro con un beso. Cada vez que algo te asusta te demuestro que el mundo puede ser como tú quieras que sea, que tu vida conmigo puede ser emocionante. Dame una oportunidad.
Maldito corazón traicionero. Otra vez se ha enamorado sin pedirme permiso.
lunes, 3 de septiembre de 2012
A las estrellas.
-Esta noche vamos a ir a ver las estrellas.
+Pero, si está lloviendo...
-No hace falta salir de casa para ver las estrellas. Es más, apostaría a que ni es necesario salir de la cama...
+Ah, ya te entiendo...
Ella se acerca, y le da un pequeño empujoncito hasta la cama.
-Mm, es fácil. Tú y yo - otro empujoncito más y él queda sentado al borde de la cama - nos quedamos aquí - empieza a desabrocharle los botones de la camisa - y jugamos a querernos como tú y yo sabemos... - se acerca a su cuello y le da un mordisco - Y no te preocupes por las estrellas, que de eso - va subiendo hasta llegar a la oreja y allí le susurra - me encargo yo.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Es demasiado tiempo, pero quiero que sea para siempre.
-Pequeña, prometo que nada se interpondrá entre nosotros y nuestro grandísimo amor. Prometo amarte cada día de mi existencia y cada vez más. No me importa ni la distancia ni el tiempo, te juro que por ti, recorrería el mundo entero, con solo tenerte entre mis brazos una noche más. Eres mi maldito horizonte, mi religión y mis puñeteras ganas de levantarme cada día. Eres mi punto fuerte y a la vez mi punto débil. Si te tocan me hunden y al mismo tiempo los hundo. Te aseguro que no me importa ni tu pasado, ni el mío. Sólo sé mi presente, mi futuro, mis sueños, mi cuerpo, mi vida, mi alma y todo lo que tengo te pertenecen. Todas las mañanas te prometo despertarte con un beso y unos "buenos días, mi princesa" y darte las buenas noches a golpe de cadera. No voy a dejarte sola, jamás. Si tienes problemas ahí estaré. Si solo necesitas a alguien con quien desahogarte, seré tu apoyo. Intentaré no ser tu hombro dónde llorar, si no tu constructor de sonrisas. Sé cuáles son tus sueños, y quiero ayudarte a conseguirlos. Quiero hacerte feliz, que seas la madre de mis hijos y que ellos tengan tus ojos. Quiero mimarte, cumplir todos tus deseos, regalarte el universo si me dejas, ser tu apoyo y tu guía. Las noches serán un paraíso. Te haré mía de todas las formas posibles. No me importa nada si tú quieres estar conmigo eternamente. Te propongo huir juntos. Lejos, pero juntos. Nunca te haré llorar como aquel maldito cabrón. Si te hago llorar alguna vez, me mato. Te lo juro. No podría hacerte daño en la vida. Sería como hacérmelo a mí mismo. Quédate conmigo y convertiré tus días grises en días soleados.
+Te quiero. Te quiero hoy, te quiero esta noche cuando estemos solos, bajo las sábanas de tu cama. Te quiero mañana por la mañana cuando el despertador empiece a sonar y te revuelvas en la cama como un niño pequeño. Te quiero cuando nos tiramos los cereales a la cara. Te quiero cuando discutimos y me abrazas para tranquilizarme. Te quiero dentro dentro de un montón de años, cuando seamos unos viejecitos arrugados. Te quiero, futuro padre de mis ojos. Te quiero para siempre, nunca lo dudes.
+Te quiero. Te quiero hoy, te quiero esta noche cuando estemos solos, bajo las sábanas de tu cama. Te quiero mañana por la mañana cuando el despertador empiece a sonar y te revuelvas en la cama como un niño pequeño. Te quiero cuando nos tiramos los cereales a la cara. Te quiero cuando discutimos y me abrazas para tranquilizarme. Te quiero dentro dentro de un montón de años, cuando seamos unos viejecitos arrugados. Te quiero, futuro padre de mis ojos. Te quiero para siempre, nunca lo dudes.
Promesas fallidas.
Los humanos somos impredecibles. Tendemos a enamorarnos con tanta facilidad que nuestro corazón queda expuesto, sin más. Luego nos quejamos cuando nos hacen daño. Por desgracia, también somos de los que prometemos y juramos sin ton ni son. La verdad es que en realidad no sabemos lo que decimos. No nos damos cuenta de la magnitud de muchas cosas que proclamamos. Un "te quiero" o un "te amo" no se puede decir a la ligera. ¿Cómo vas a decirle a alguien que le quieres si al otro día ya no recuerdas su nombre? Eso no está bien. Lo peor es que yo no puedo decir que no lo haya hecho, porque sí, soy culpable. He prometido demasiado y luego he salido corriendo cuando el peso de mis promesas podía conmigo. He cometido muchos fallos, y lo siento. No he querido romperle el corazón a nadie, ni ver lágrimas por mi culpa, pero he de decir, que todo eso me ha tocado a mí. El karma, o lo que sea. Me han hecho daño y me han prometido más de la cuenta. Sin embargo hay algo que sí que he prometido y he cumplido. Quizás sea la promesa, que en estos momentos, me pesa más que otra cosa. Dejarte ser feliz. Encontrar la felicidad en otra persona. Eso me lo prometí a mí misma hace dos años. Dos años en los que no me he acordado de ti ni una sola vez. Hasta ahí todo bien... Y nos volvemos a ver. Y tú me abrazas. Y me dices, lo de "Ey, sigues tan guapa como te recordaba"
Ala, corazón, supera eso sin que los latidos empiecen a descontrolarse.
Y lo miro a los ojos. Tan azules como en mis sueños. Tan azules como cuando navegaba en ellos. No ha cambiado. Sigue siendo el mismo, pero yo...Yo,¿qué?
Yo he vuelto a perderme en sus abrazos de oso...
Me prometí hace tanto tiempo dejarte marchar porque ya no había nada, y ahora ya no soy capaz de cumplir esta promesa.
Es hora de abrir el corazón y descubrir lo que quiero.
Ala, corazón, supera eso sin que los latidos empiecen a descontrolarse.
Y lo miro a los ojos. Tan azules como en mis sueños. Tan azules como cuando navegaba en ellos. No ha cambiado. Sigue siendo el mismo, pero yo...Yo,¿qué?
Yo he vuelto a perderme en sus abrazos de oso...
Me prometí hace tanto tiempo dejarte marchar porque ya no había nada, y ahora ya no soy capaz de cumplir esta promesa.
Es hora de abrir el corazón y descubrir lo que quiero.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Te quiere, tu pequeña luciérnaga.
Hola pequeño saltamontes. Si estás leyendo esto quiere decir que yo, pequeña insegura, he tenido la suficiente fuerza como para alejarme de tu vida. Sí, la pequeña luciérnaga se larga de casa. Se larga porque está harta de que le pongan normas, de que le digan lo que tiene que hacer. Tienes que entenderme. No, no llores. Lo único que quiero es que sepas que me voy, pero que te quiero. No voy a dejar de quererte, ¿vale chiquitín? Eso nunca. Sé que ahora estarás un poco confundido y estarás enfadado. No te enfades conmigo, por favor. Sé que te dije que nunca íbamos a separarnos o que sí lo hacíamos, solo se iba a interponer entre nosotros la pared que separa nuestras habitaciones, pero tu luciérnaga se cansado de todo ya. Quiere vivir su vida y ser independiente. Piensa que ya no soy tan pequeña, que el tiempo pasa y que tú, muy pronto, serás tan grande como yo.
No pienses que voy a olvidarte, pequeñajo. Es imposible olvidar tu sonrisa y tus ganas de jugar a cada segundo. Lo que nunca te he dicho es que cuando venías a mi cuarto con ese: "el saltamontes echa de menos a la luciérnaga" a mí se me alegraba la vida. Me has ayudado a pasar por muy malos momentos sin ni si quiera darte cuenta. Eres pequeño, pero a la vez, eres grande.
No creas que no vas a saber de mí. Prometo mandarte una carta cada mes, hasta que podamos reunirnos de nuevo. Por el momento tienes que esperar.
Y una última cosa, ¿te acuerdas de nuestros "secretos"? Bueno, pues me gustaría que este fuera uno de ellos. Quiero que esta carta y todas las que te lleguen las escondas lejos de casa. No le digas a nadie que te estoy escribiendo o que sabes dónde estoy. No te preocupes por mamá y papá ellos tienen otra carta, aunque no tan especial como la tuya. Eres el único que va a saber donde estoy. Así que recuerda, silencio.
Te quiero. Te quiero mucho saltamontes.
Despídete de mí y deséame suerte, porque la voy a necesitar.
No me olvides, que yo no te olvido nunca.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)