domingo, 14 de octubre de 2012

Sueña conmigo.

Ahora mismo estaba pensando en la famosa frase de "Tú y yo a tres metros sobre el cielo" cuando me he tropezado de repente con una sonrisa tonta y he pensado en otra mejor: "Tú y yo mucho más arriba del cielo" pero está demasiado vista. Y sin quererlo, me he encontrado con una mucho más bonita que todas esas. Por lo menos para mí. 
"CADA VEZ QUE SUEÑES, YO ESTARÉ SOÑÁNDOTE" y me ha recordado a tus besos en la frente mientras me quedo dormida en tus brazos pensando que estás ahí y que cuando me despierte seguirás conmigo. Esa frase me recuerda a ti. A tus abrazos mañaneros y a los nocturnos. He pensado que he estado equivocada. Me he equivocado contigo desde el principio y quizás por eso, hasta ahora no he sido capaz de mirar de verdad. De volverte real. Quiero que seas tú. Quiero que estés conmigo a pesar de lo que digan y que la gente desaparezca y que por una vez en nuestra vida podamos hacer lo que queramos. 
Estoy acostumbrada a ti y aunque parezca mentira, a pesar del tiempo, todavía sueño contigo. Todavía te veo reflejado en los cristales de mi habitación...Todavía tengo aquella vieja marca de guerra que dejaste grabada en la esquina de mi cama. 
Sabes que en los tiempos de los romanos, cada vez que triunfaban en una batalla se hacían un tatuaje. Eso me ha recordado a la película esa de "3MSC" cuando ella se hace un tatuaje en la cadera con la inicial de él, como señal de triunfo. Yo no necesito un tatuaje para recordarte toda mi vida como un triunfo. No, yo tengo marcada la inicial de tu nombre a fuego en el único músculo de mi cuerpo capaz de sentir. Te tengo grabado como un amuleto en el corazón. Y de ahí, querido amigo, no se sale tan fácilmente. Déjame decirte que ahora voy a dormir y a soñar contigo, aunque dentro de unas horas te vuelva a ver, y que cuando tú duermas, yo estaré soñando contigo y contando los segundos que faltan para volver a abrazarte. 

Quiero...Quiero ser tuya.

Quiero atrincherarme en tu cama hasta que salga el sol, cada día. Quiero que seas mío en todos los tiempos posibles; imperfecto, pluscuamperfecto, anterior, presente y condicional. Quiero que me ames cada noche, que no me dejes salir del calor de tus sábanas y que tu cuerpo se convierta en mi abrigo. Quiero arrancarte gemidos que se pierdan en la proximidad de mi cuello, dejarte marcas por la piel; arañarte la espalda. Quiero jugar a perderme dentro de tus ojos, a navegar por ellos y a no encontrar la salida jamás. Quiero ser lo que tú quieras, ser tus sueños, tus fantasías y tus ilusiones. Quiero que me beses la espalda que te pierdas en ella y que me susurres al oído que no vas a dejarme marchar en la vida. Quiero que seas mi fuego, mi azufre, mi infierno particular. Quiero arder en ti y contigo. Quiero demostrarte que yo si sé quererte, que no tengo el corazón tan congelado como parece. Quiero ese sonido, el sonido que hacen las sábanas de tu cama cuando te mueves. Quiero ser la melodía de tu risa ahogada en mi oído. Quiero tu mirada pícara que hace que los latidos de mi corazón se aceleren. Quiero tus cosquillas en mi costado, tus caricias en mis piernas, tus manos en mis caderas. Quiero amarte y quiero que lo que pase fuera de las cuatro paredes que adornan tu habitación dejé de importarnos. Quiero que estés atento a mis palabras, a mis escritos porque todo esto se resume tan solo en tres preciosas palabras: Quiero ser tuya.