viernes, 21 de diciembre de 2012

Esclavos de un mismo sentimiento.

Era un día de verano, hacía un calor infernal y allí estaban ellos dos, encerrados en una habitación, uno en cada punta y mirándose fijamente. Ella, sentada sobre el escritorio con un vestido blanco que, cada vez que se cruzaba de piernas, se levantaba un poco más; él dejado caer sobre un baúl antiguo, conocedor de miles de recuerdos y de historias que esas paredes guardaban celosamente. Los dos callados, una guerra de miradas cargadas de pasión. Cuando el silencio empezó a extenderse más de la cuenta, ella sonrío con esa sonrisa capaz de bloquear todos tus problemas, mientras decía:
-El amor es una mierda.
Él, sin ni si quiera pestañear, le devolvió la sonrisa, mientras cruzaba las piernas pronunciando: 
+El amor es una mierda, pero estoy enganchado a ella.
Ella, totalmente en silencio, lo invitó a acercarse con un simple movimiento de su mano. Cuando lo tuvo enfrente, agarrándolo por las solapas de la camisa y acercando su boca a la suya, susurró:
-El amor nos hace débiles.
+Pero también fuertes.- Completó él.
Ella, sin abandonar la sonrisa, continúo:
-El amor mata.
+Por el amor, matas.
Ella, aflojando sus manos, dejo vagar su mirada por las curvas de la sonrisa de él, por las líneas de su barbilla, la textura de su mejilla, su barba incipiente. Subiendo la mirada contempló su pelo, negro como la noche, despeinado, sexy; sus cejas perfectas, sus ojos verdes. 
-El amor hace que me pierda en tus ojos.
Él, embobado en su sonrisa, divagó por su rostro, descubriendo de quién, sin darse cuenta, se estaba enamorando. Su ancha sonrisa, su mejilla siempre sonrosada, sus ojos grises tras las gafas, sus cejas pequeñas, su pelo rubio oscuro, rizado, hasta la mitad de la espalda.
+El amor hace que naufrague en tu boca.
Ella, apartando la mirada de sus ojos y centrándola en su boca, suspiró.
-Amor, amor, amor...
Y él, queriendo acabar con todo lo que se pusiera en medio, deseando hacerla suya en ese mismo escritorio, la besó, y pensó como hasta hace tan solo unos meses eran unos completos desconocidos y como ahora, estaban enamorados como dos idiotas.
   

Winter.

El invierno vuelve a hacer su aparición un año más. Quizás este año sea diferente, más duro, puesto que me falta alguien importante. Pero, bueno no podemos quedarnos llorando en los rincones mientras esta estación tan bonita se marcha.