martes, 1 de noviembre de 2011

Razones tenemos todos, pero yo, muchas más que vosotros.

No hace falta que me digaís eso de que perdeis la cabeza por eso de sus caderas. 
Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras, y todo el remolino que forma en cada paso, gesto que da.
Pero, a demás, la he visto seria; ser ella misma y en serio que eso no se puede escribir en un poema.
Por eso, eso que me cuentas de mírala, como se bebe las cervezas y como se revuelve sobre las baldosas y que fácil parece a veces enamorarse.
Todo eso de que ella puede ser ese puto único motivo de seguir vivo y a la mierda con la auto-destrucción.
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me se desde el día que me dió dos besos y me dijo su nombre.
Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio, que ella aparezca, de golpe y de freten para decirte: ''venga, hazte un peta, y me lo cuentas''
No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bosteze y luego te abraze, y no sepas como desaserte de todo el mundo.
Así que supondrás que yo soy el primero que entienda que pierdas la cabeza por sus piernas y el sentido por sus palabras y los huevos por un mínimo roce de mejilla.
Que las suspizcasias y el disimulo cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte son algo con lo que ya cuento.
Que yo también la veo, que cuando ella cruza por debajo del cielo, solo el tonto mira el cielo.
Se como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.
Que conozco su voz en formato susurro, en formato gemido y en formato secreto; que me se sus cicatríces, y en el sitio que la tienes que tocar,en el este de su pie izquierdo, para conseguir que se ría; y me se lo de su rodilla y la forma de rozar las cuerdas de la guitarra.
Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerias.
Que no sólo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores .. Y yo si que no tengo cojones a decirle que no a nada, porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna.
Que se la cara que pone cuando se deja ser completamente ella, rendida a ese puto milagro que supone que exista.
Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos.
La he visto formar un charco de arena, rompiendo todos los relojes que la puso en camino.
La he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana.
No me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de mira sí, un polvo es un polvo y eso el tesoro pintado de rojo sobre sus uñas y sólo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre ..
Que te entiendo; que yo escribo sobre lo mismo, sobre la misma, que razones tenemos todos, pero yo, muchas más que vosotros.