martes, 21 de agosto de 2012

Yo para ti, y tú para mí.

-Mira esta foto, ¿te acuerdas de ella?
+A ver... Claro, cómo iba a olvidarlo.
-¿En serio? Mira que siempre me dices que sí te acuerdas de las cosas, pero luego es mentira...Que eres muy tramposo.
+Que tonta, ven aquí. ¿Quieres que te cuente porque ese día fue tan especial y así me crees?
-Ajá.
+Vamos a ver, ese día fui yo el que te pidió quedar esa tarde. Llevábamos bastante tiempo juntos, queriéndonos a escondidas por miedo a lo que la gente podría decirnos. Éramos tan jóvenes, tan diferentes y tan imposibles, que al principio lo nuestro parecía una pérdida de tiempo. Íbamos a acabar mal. Todo el mundo lo sabía. Todo el mundo, menos nosotros. Sin embargo, yo estaba seguro de que eras tú, de que no podría haber nadie más. De que eras maravillosa. Un poco caprichosa, algo testaruda y bastante rebelde, pero llegaste a mi vida, encendiéndola. Yo estaba muerto antes de que te conociera. Aunque sé que no empezamos con muy buen pie. Me odiabas. Pero te conquisté. Bueno, tú me conquistaste primero con tus miradas de desafío. Me desafiaste y aquí estamos. Pero centrándonos en el tema de la foto; ese día te pedí que nos viéramos lejos, lejos del mundo, lejos de todos los que nos miraban mal. Sólo quería decirte que te quería, que eras lo mejor de mi vida, lo único importante, lo...Espera, ¿te acuerdas?
-Cómo iba a olvidarlo. Era algo así cómo: "Pequeña, sé que no somos tan parecidos como tú querrías. Quizás no tengamos casi nada en común, y eso puede parecer un problema, pero ¿sabes?, estoy seguro de que no lo será. Nos hemos dado tanto en todos estos años, que sí ahora mismo te vas, mi vida se va contigo. Me matarías. ¿Cómo podría vivir un solo día de mi existencia sin sentir tus caricias, ni tu boca en la mía? ¿Cómo podría dormir sin sentir tu espalda en mi pecho? Es algo inconcebible. Por eso te he traído aquí. Tan lejos de la sociedad, esa que nos quiere crucificar. Esa que piensa que nuestro futuro a de ser separados. Vamos a demostrarles que somos uno solo, que yo soy tuyo y que tú eres mía. Para siempre. Eternamente. Mi vida, lo que te quiero decir es que si me harías el grandísimo honor de compartir tu vida conmigo, de regalarme todas tus noches, todas tus mañanas, todas tus tardes. Toda tú. Cásate conmigo. Vive conmigo. Sé mía cada noche. Dame los buenos días con besos. Dios, cásate conmigo y te haré la persona más feliz de este universo. Lo juro. Te amo"
+Te acuerdas de todas las palabras después de tanto tiempo. Es increíble. ¿Y te acuerdas de lo que contestaste tú?
-Claro. Te contesté que sí. Sólo sí. No tenía palabras. Las lágrimas no me dejaban hablar, además tenía un nudo en la garganta increíble.
+Nunca me he arrepentido y dudo que lo haga. Sigues siendo lo mejor de mi vida después de tantos años y de tantas cosas vividas. 
-Oh, cariño. Te amo. Nada más.
+No hace falta que te diga que yo a ti también. Lo sabes.


Lo que quiero.

Las grandes personas, los mejores momentos, las sonrisas más verdaderas, las cosquillas en la barriga y las miradas más sinceras llegan por casualidad. Sin que las busques. Yo llegué hasta ti sin ni siquiera buscarte, sin esperarte. No fue fácil, aunque tampoco complicado. He de decirte que no recuerdo mi vida sin ti, ¿cómo era capaz de pensar, hablar o incluso dormir sin saber que estabas ahí? No lo sé. Eres lo más grande que tengo, ya lo sabes y por eso sólo quiero decirte que si llegaste por puro capricho del destino, no te alejes. No me dejes sola. Que me voy contigo.