lunes, 7 de enero de 2013

El amor mueve el mundo.

-¿Cómo lo haces?
Me dejo caer en la pared, cansada de discutir, cansada de darle puñetazos a los malditos obstáculos que nos separan cada día un poco más.
+¿Cómo hago el qué?
Me mira, mientras cruza los brazos y se deja caer a mi lado.
-¿Cómo eres capaz de seguir teniendo fuerzas para verme, para intentar solucionar las cosas? ¿Cómo eres capaz de no enfadarte, de no chillarme, de abrazarme fuerte cuando la ira me ciega? Yo no habría aguantado tanto. Si hubiera sido tú, habría hecho las maletas y me habría largado hace mucho tiempo.
Suspira y me mira con esos enormes ojos negros que tiene y yo me quedo, una vez más, atontada. ¿Qué tendrán esos ojos que son capaces de dejarme sin palabras? ¿Qué tendrá esa boca que cada vez que habla, el resto del mundo me importa una mierda? ¿Qué tendrán sus manos que borran todas las heridas del pasado a su paso? ¿Qué tendrá su sonrisa que no se compara ni con la del mismísimo Adonis? ¿Qué tendrá él que me hace olvidar todo lo malo? Se me escapa un gemido cuando acerca su mano y me acaricia la cara. 
+Porque te necesito. Antes de ti, yo no sabía nada, no vivía. Pensaba que sí, pero ahora me doy cuenta de que eso no era vida. Salía, trasnochaba, bebía, me acostaba con muchas mujeres pero, créeme, ninguna se compara contigo. Ninguna ha sabido darme lo que tú, con una sola de tus palabras, me has dado. Yo me desvivo por verte sonreír, por verte bailar, por dormir a tu lado. Quizás las cosas ya no son tan fáciles como antes, tú cada vez te me pones más difícil y yo me desespero antes de tiempo, pero nunca he dudado de lo nuestro. Y sigo sin hacerlo. Parecerá algo raro, pero a mí me gusta pelear contigo. Verte cabreada, acercarme a ti y abrazarte. Hombre, no te voy a negar que me gustas más cuando sonríes y estas bien, pero así también me gusta.- Hace una pausa y me da un beso, breve, en los labios.- Será porque te quiero. Dios, ¿qués estás haciendo conmigo?
<<Será porque te quiero>> Abro mucho los ojos y lo miro, eufórica. Me quiere, me quiere, me quiere, ¿qué más da lo demás? ¿Qué que estoy haciendo yo con él? Será al contrario, ¿qué está haciendo él conmigo que cuando no está me cuesta hasta respirar? Maldita sea, ya me he enamorado.
Le echo los brazos al cuello y pego mi cuerpo al suyo. Ahora mismo ni si quiera el aire cabría entre nosotros. 
-Podría decir lo mismo, ¿qué estás haciendo conmigo?
Sonríe con esa sonrisita pequeña que tiene y a mí se me cae hasta el alma.
+Intento hacerte feliz.
Apoyo mi frente en la suya y cierro los ojos. 
No me faltes nunca, no te vayas, que ya no se vivir sin ti.