lunes, 27 de agosto de 2012

Hasta nunca, chaval.

Me tienes que enseñar tu secreto. ¿Cómo puedes amar a alguien hasta que te duela y de repente, de un día para otro, la olvidas? ¿Cómo se puede hacer eso? Te pido que me lo expliques, porque sinceramente, me intrigas. Ayer mismo me estabas diciendo que no podías vivir sin mi, que si te dejaba, morirías. Y hoy, apareces por mi casa, con la excusa de que somos demasiado jóvenes para querernos tanto. Que si  el destino tiene que hacer su trabajo, lo hará y tal vez, nos volvamos a encontrar. Sin contar que todas estas "preciosas" palabras me las dijiste sin un motivo aparente. Y todavía puedo estar esperando una explicación, aunque te aseguro que ya no la quiero. Al igual que tampoco te quiero a ti. Ni ahora ni cuando al destino de las narices se le antoje. Que no, que no te quiero ver más. Que cojas todas tus cosas y lo poco de dignidad que me has dejado y te largues. No necesito nada de ti. Así que nada, que te vaya bonito y no te vuelva a ver.