lunes, 23 de abril de 2012

...Y fuimos felices, por caminos separados.

Tus idas y venidas, tus prontos y tus movidas, tus fobias y tus fias.
Nunca supimos que algo había empezado... Tampoco supimos que había terminado.
Pero así son las cosas; lo mismo empiezan que acaban, y lo mismo duelen que sanan. 
Pero lo bueno de todo esto, es que suelo quedarme con las cosas buenas. Aquellas que me han puesto los pelos de punta, y que hace que las sonrisas me salgan solas.
Yo no te guardo rencor por nada, ni siquiera por los malos momentos, al contrario, te los agradezco, porque me hicieron ser mejor persona, incluso en los días oscuros.
  Lo único que quiero, es que tú al igual que yo, seas tan feliz, como siempre quisimos. Y que, tal vez, no estabamos hecho el uno para el otro como siempre pensamos, pero lo que si te puedo decir, es que estabamos hechos para amar nuestros diferentes destinos.