lunes, 14 de enero de 2013

Remember me; remember you and me.

Ha pasado tiempo, pero es justo que sepas que todavía estás aquí, en mi habitación, grabado a fuego en las esquinas de mi cama, en el reflejo del espejo que me devuelve tu sonrisa cada vez que me miro. Todavía puedo verte asomado en la ventana mientras el mundo se detenía cuando me acercaba. Es increíble, pero escucho tu voz, susurrando mi nombre. La fuerza del amor es realmente grandiosa. Capaz de guardar tu recuerdo y mantenerlo aquí, conmigo, incluso a pesar del tiempo. No he olvidado la miel derretida de tus ojos que no tenían comparación con nada conocido hasta ahora. Paso la mano por las paredes de esta habitación que tantas noches nos ha visto camuflarnos bajo las sábanas, que tantas risas ha presenciado, que tantos llantos ha aguantado. 
Voy encontrando cosas tuyas que un día se te olvidaron aquí, en mitad de la nada, en mi vida. Una fotografía arrugada de tu perfil mirando la luna, una camiseta vieja que me quedaba demasiado ancha y que siempre te sacaba una sonrisa, un mechero escondido en un cajón olvidado, una carta de amor entre los recuerdos de una vida tan lejana. Un suspiro olvidado en un rincón oscuro, un beso perdido a mitad de camino hacía mis labios, un "te quiero" que se evapora en el aire oxidado de esta agobiante oscuridad, un "ya no te quiero" que late contra mis sienes, flotando por el aire, delante de mis ojos. Amor VS Olvido. Tus muestras de amor luchando contra tu indiferencia, contra el olvido, contra ti mismo. Una batalla perdida, esfuerzos hechos pedazos. 
Una mirada perdida, un beso en la frente, un "lo siento" que me dejaba sumida en la inconsciencia. Un futuro incierto, un pasado real, tan real que parecía perfecto, la vida que pasaba de largo sin avisarme, si quiera.
Y aquí estoy ahora, pasando mis manos por todos estos recuerdos, obligando a mi mente a recordar el sonido de tu voz, la sonrisa sesgada cuando me comportaba como tú querías, tu mirada de "ven, esta noche eres mía"; tus manías, tus enfados tontos. Tus manos por mi pelo, bajando hasta la cintura, rodeándome con tus brazos, estrechándome contra tu cuerpo, haciéndome tuya cada noche. 
No me acuerdo de todo, he olvidado muchas cosas. Lo superé y deje que mi vida siguiera el curso que llevaba antes de tu aparición, pero cada vez que entro en mi habitación, noto tu presencia. Tu aroma perdido entre las sábanas de mi cama. El recuerdo de una conversación, de un "te quiero, nena", de un "Si te vas, muero", de mi mirada perdida en la tuya, mis manos danzando cuello abajo, de un "No te vayas nunca, por favor" susurrado contra tu clavícula. 
No, no podría olvidarte nunca. Por mucho que lo haya superado, que haya aprendido a mirar al frente, a buscar lo que necesito, sigo echándote de menos.