Llaman a la puerta, y ella, decidida va a abrir. Abre y él entra como un rayo dando un portazo. Ella se aleja de la puerta caminando hacía el salón.
-¿Qué haces aquí?
Él la agarra del brazo, le da la vuelta y la acerca a su cuerpo.
+He venido a por ti.
Ella gira la cabeza cuando sus ojos se encuentran. Maldita la hora en la que abrió la puerta, piensa, enfadada.
De un tirón se suelta y sus ojos quedan a escasos centímetros de la boca de él. Levanta la mirada y se encuentra con sus ojos, azules.
-Ya te he dicho que yo no quiero verte. Largo, se acabó. Esto no tiene futuro y es una gilipollez engañarnos de esta manera.
No quiere llorar y para evitarlo cierra los ojos. No quiere mirarlo a los ojos porque sabe que si lo mira cederá.
+¿Por qué? ¿Por qué no tiene futuro? ¿Qué hemos hecho mal? Mejor dicho, ¿qué he hecho mal? - le pregunta intentando que ella lo mire.
Ella se queda callada, no sabe como responder. Sabe que tiene razón, no han hecho nada mal, pero las cosas cada vez son más difíciles y, sinceramente, ya no son lo que un día fueron. Y eso la está matando.
+¿Es cierto? - él le sostiene la barbilla y con mucho cuidado se la levanta hasta que sus ojos se encuentran. Está llorando. - ¿Es cierto eso de que ya me has olvidado?
Sin poder evitarlo una lágrima le surca la cara, y sin poder hacer nada por controlarse, le grita.
-¡No! ¡Claro que no te he olvidado! ¿Quién te crees que soy? Yo no olvido de la noche a la mañana, pero pensé que así te alejarías de mí y todo sería más fácil. No obstante, vuelves a torturarme y a aplastar todas mis ideas. Te quiero, ¿es eso lo que quieres escuchar? Pues sí, te quiero. Y te echo de menos. Mucho. Las noches son eternas sin ti, y los días...Los días son interminables. Pero lo nuestro no tiene sentido, somos demasiado diferentes - Rompe a llorar y se lleva las manos a la cara. Se sienta en el sillón y se olvida de que él está delante.
Sin embargo, él que no ha parado de mirarla, siente como su mundo se desploma al verla llorar.
+Déjame volver a tu vida. Yo también te echo de menos. Lo nuestro iba bien, pero malos momentos los tiene todo el mundo. Quiero volver a casa, contigo y que volvamos a dormir todas las noches abrazados hasta que salga el sol - se pone en cuclillas y lentamente le quita las manos de la cara. La mira fijamente a los ojos, esos ojos que siempre han sido su horizonte - Te amo.
Al escuchar estas dos palabras ella abre mucho los ojos y, sin querer sonríe. Instantáneamente él también sonríe y todo lo demás deja de importar.
+¿Esa sonrisa es un sí o un "y yo a ti"?
-Las dos cosas.
Se abrazan y en ese momento, las cosas parecen mucho más fáciles, mucho más perfectas de lo que realmente son.