-Pequeña, prometo que nada se interpondrá entre nosotros y nuestro grandísimo amor. Prometo amarte cada día de mi existencia y cada vez más. No me importa ni la distancia ni el tiempo, te juro que por ti, recorrería el mundo entero, con solo tenerte entre mis brazos una noche más. Eres mi maldito horizonte, mi religión y mis puñeteras ganas de levantarme cada día. Eres mi punto fuerte y a la vez mi punto débil. Si te tocan me hunden y al mismo tiempo los hundo. Te aseguro que no me importa ni tu pasado, ni el mío. Sólo sé mi presente, mi futuro, mis sueños, mi cuerpo, mi vida, mi alma y todo lo que tengo te pertenecen. Todas las mañanas te prometo despertarte con un beso y unos "buenos días, mi princesa" y darte las buenas noches a golpe de cadera. No voy a dejarte sola, jamás. Si tienes problemas ahí estaré. Si solo necesitas a alguien con quien desahogarte, seré tu apoyo. Intentaré no ser tu hombro dónde llorar, si no tu constructor de sonrisas. Sé cuáles son tus sueños, y quiero ayudarte a conseguirlos. Quiero hacerte feliz, que seas la madre de mis hijos y que ellos tengan tus ojos. Quiero mimarte, cumplir todos tus deseos, regalarte el universo si me dejas, ser tu apoyo y tu guía. Las noches serán un paraíso. Te haré mía de todas las formas posibles. No me importa nada si tú quieres estar conmigo eternamente. Te propongo huir juntos. Lejos, pero juntos. Nunca te haré llorar como aquel maldito cabrón. Si te hago llorar alguna vez, me mato. Te lo juro. No podría hacerte daño en la vida. Sería como hacérmelo a mí mismo. Quédate conmigo y convertiré tus días grises en días soleados.
+Te quiero. Te quiero hoy, te quiero esta noche cuando estemos solos, bajo las sábanas de tu cama. Te quiero mañana por la mañana cuando el despertador empiece a sonar y te revuelvas en la cama como un niño pequeño. Te quiero cuando nos tiramos los cereales a la cara. Te quiero cuando discutimos y me abrazas para tranquilizarme. Te quiero dentro dentro de un montón de años, cuando seamos unos viejecitos arrugados. Te quiero, futuro padre de mis ojos. Te quiero para siempre, nunca lo dudes.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Promesas fallidas.
Los humanos somos impredecibles. Tendemos a enamorarnos con tanta facilidad que nuestro corazón queda expuesto, sin más. Luego nos quejamos cuando nos hacen daño. Por desgracia, también somos de los que prometemos y juramos sin ton ni son. La verdad es que en realidad no sabemos lo que decimos. No nos damos cuenta de la magnitud de muchas cosas que proclamamos. Un "te quiero" o un "te amo" no se puede decir a la ligera. ¿Cómo vas a decirle a alguien que le quieres si al otro día ya no recuerdas su nombre? Eso no está bien. Lo peor es que yo no puedo decir que no lo haya hecho, porque sí, soy culpable. He prometido demasiado y luego he salido corriendo cuando el peso de mis promesas podía conmigo. He cometido muchos fallos, y lo siento. No he querido romperle el corazón a nadie, ni ver lágrimas por mi culpa, pero he de decir, que todo eso me ha tocado a mí. El karma, o lo que sea. Me han hecho daño y me han prometido más de la cuenta. Sin embargo hay algo que sí que he prometido y he cumplido. Quizás sea la promesa, que en estos momentos, me pesa más que otra cosa. Dejarte ser feliz. Encontrar la felicidad en otra persona. Eso me lo prometí a mí misma hace dos años. Dos años en los que no me he acordado de ti ni una sola vez. Hasta ahí todo bien... Y nos volvemos a ver. Y tú me abrazas. Y me dices, lo de "Ey, sigues tan guapa como te recordaba"
Ala, corazón, supera eso sin que los latidos empiecen a descontrolarse.
Y lo miro a los ojos. Tan azules como en mis sueños. Tan azules como cuando navegaba en ellos. No ha cambiado. Sigue siendo el mismo, pero yo...Yo,¿qué?
Yo he vuelto a perderme en sus abrazos de oso...
Me prometí hace tanto tiempo dejarte marchar porque ya no había nada, y ahora ya no soy capaz de cumplir esta promesa.
Es hora de abrir el corazón y descubrir lo que quiero.
Ala, corazón, supera eso sin que los latidos empiecen a descontrolarse.
Y lo miro a los ojos. Tan azules como en mis sueños. Tan azules como cuando navegaba en ellos. No ha cambiado. Sigue siendo el mismo, pero yo...Yo,¿qué?
Yo he vuelto a perderme en sus abrazos de oso...
Me prometí hace tanto tiempo dejarte marchar porque ya no había nada, y ahora ya no soy capaz de cumplir esta promesa.
Es hora de abrir el corazón y descubrir lo que quiero.
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