domingo, 30 de diciembre de 2012

¿Cabeza loca? Si siento que el corazón se me sale por la boca...

A veces no tengo razón aunque siempre quiero llevarla. Soy bastante cabezota, es cierto, pero cuando lucho por algo, normalmente, es porque para mí es importante. Tengo miles de defectos, pero cuando digo que te quiero es porque realmente lo siento. De mis virtudes no me gusta hablar, puesto que tengo muy pocas, aunque eso no me avergüenza. Me gustan mis virtudes, aunque sean pocas, pero más me gustan mis defectos, ya que son los que realmente me definen, las que me hacen ser quien soy. 
Mi principal defecto es que soy una cabezota e insisto siempre cuando creo que merece la pena, por eso sigo insistiendo cuando te tengo en frente. Cuando me miras y yo me muerdo el labio. 
+No te muerdas el labio.
Y yo paro. Paro, pero cuando menos me lo espero me lo vuelvo a morder. Sera porque cuando estás cerca me arde hasta el cerebro. Soy incapaz de pensar y actúo por impulsos. Y todos esos impulsos me demuestran de lo que estoy hecha, lo que realmente quiero, lo que una sola de tus antiguas caricias es capaz de provocar. 
Cierro los ojos y, mentalmente me dejo ir, aunque físicamente me obligo a permanecer sonriente, como si nada.
Pasas el pulgar por mis labios, despintando el rojo intenso que hoy me he puesto. Sonríes y el corazón se me encoge. Antes cuando sonreías siempre era por mí.
+Dame un beso, anda.
Y yo, obligándome a pensar antes de actuar, te doy un beso en la mejilla. Me aparto con todo el dolor que eso supone y mantengo la sonrisa.
Parpadeas, confundido.
+Un beso de verdad.
Ahora la que se confunde soy yo. Al ver que no reacciono, das tú el paso. Y yo, maldita estúpida, me dejo llevar. Qué más da si mañana no soy capaz de levantarme al recordar que ya no estás, si te veo y me tengo que conformar con una mísera sonrisa, si cuando me acueste sabré que ya no vas a volver. Qué más da. 
Vacío la mente y te sigo el juego. 
Y ya no me importa nada, no me importa nadie, porque por un solo segundo, tú has decidido besarme, tú has pensado en mí y yo he sentido que el corazón se me salía por la boca.