sábado, 24 de diciembre de 2011

Cuándo estoy contigo se detiene el tiempo.

Quiero hacerte un regalo muy especial. Cierra los ojos y no los abras hasta que yo te diga ¿vale? 
Ahora dame la mano, la que tú quieras. Empezemos a caminar.
Cinco pasos en línea recta y lugo dos hacía la izquierda.
Te voy a contar mi plan. Seguramente si me has escuchado bien, me has tenido que reconocer al instante.
Verás, he leido una de tus fantásticas historias de cuentos de hadas que escribes cuando estás sola en tu habitación, y dado el hecho de que nos encontramos en una de las ciudades más hermosas y con más mágia del planeta, he pensado que quizás te haría ilusión salir a pasear conmigo a la luz de las estrellas.
Se que no nos ha dado a penas tiempo de ver nada porque a parte de que hemos estado muy ocupados, mañana mismo nos vamos.
Pues bien, mi plan es sencillo, bueno, mi plan no, tú plan.
Supongo que llevarás toda la noche preguntándote porque he dejado un vesitido tan elegante encima de la cama con una nota que reza 'PÓNTELO' 
¿Intrigada verdad? Tranquila, por el momento vamos a seguir caminando.
Veinte pasos rectos y para que hay un semáforo en rojo.
Cruzemos pues. Cuidado con los escalones. Así, dos, tres y cuatro escalones bajados.
Siempre quise venir contigo a éste país tan fantástico y romántico. 
Estuvo mal que leire tu pequeña historia sin pedir permiso, lo se, pero realmente esta bastante intrigado por saber que habías escrito en ese pequeño cuaderno que siempre te acompaña a todos sitios. 
Me maravilló tu sueño, tan tierno, tan encantador. 
Así que decidí armarme de valor y hacértelo realidad.
Haber para. Estáte quieta y no te muevas que te voy a destapar los ojos. ¿Estás temblando? Típico de tí. 
Estás tan linda así...
Venga, coge aire y mira al frente.
¿Te gusta?
+Me he quedado sin palabras...
-Lo suponía. Cómo ya sabrás ese hermoso monumento que tenemos a nuestra derecha no es ni más ni menos que la Torre Eiffel. Sabía que te encanta ese lugar, pero no hemos tenido tiempo de venir antes, a si que aquí estamos.
+Es precioso. Tú eres precioso. El vestido es magnífico; el lugar de ensueño. Es todo cómo lo había planeado...Sólo falta una cosa...
-Sí, falta la parte más importante. La que estaba subrayada de rosa en tu cuaderno...
+¿No irás a...?
-Calla, por favor. Déjame terminar. Te he traído aquí, no sólo para regalarte un recuerdo maravilloso y hacer realidad uno de tus sueños. No, también te he traido para hacer realidad los míos y para que jamás puedas sacarte este recuerdo de tu cabeza.
+Oh, dios mío..
-Queridísima mía, te pido aquí, en otro país, Francia, en una ciudad única, París y junto al monumento más romántico del mundo, la Torre Effel... ¿Querrías casarte conmigo y hacerme el hombre más feliz del mundo? Yo te prometo hacerte la persona más dichosa de todo el universo. ¿Enlazarías tu vida con la mía tanto cómo duren? ¿Amarme, respetarme bajo todas las circunstancias sean malas, regualares o peores? Te prometo que yo no daré un paso sin antes haberte dicho lo muchísimo que te amo. Juro que cada día de mi vida será solo para ti y que nada me va a poder separar de ti.
Dí que sí y desde este momento seré para tí hasta que me muera.
+¡Por supuesto que sí! Acepto casarme contigo, amarte, respetarte y estar contigo hasta el final.