domingo, 3 de febrero de 2013

Ya no te necesito.

Solía ser la típica tía de "amor eterno", de sexo por amor y de "los para siempre existen". Yo era de esas. La tía más romántica del mundo, la más sensible. Me dejaba la piel en cada te quiero que le decía. No creía en las despedidas, pensaba que podíamos ser eternos. Pero la vida te cambia. La vida y los tíos como tú. Me dieron el mayor palo de mi vida, y yo, la romántica, la sensible, la buena, se transformó de la noche a la mañana, en la fría, la mujer de hierro, la reina de las nieves. Me acuerdo de todas esas peleas, de todos esos días llorando, a tu lado, y tú ignorándome. Me acuerdo de las noches tragando techo, pensando que las cosas todavía tenían solución, que había algo, quizás algo pequeño, por lo que luchar. Me equivoqué. Me dí cuenta de que no había nada, nada me ataba a ti, ni si quiera nuestros sentimientos. 
Yo me alejé, yo me deje la vida para subsistir cada amanecer, yo me mordía la mano cada vez que me acordaba de ti y sentía las lágrimas pendiente de mis ojos. Yo me levanté como pude, yo borre todo lo malo que tenía de ti, yo intenté salir adelante con todas mis fuerzas. Yo me hice de hierro y me convertí en la torre más alta, en la inalcanzable. Me convertí en todo lo que un día odié. Todo para que no volvieras jamás.
Pero volviste. Volviste a pesar de que decías que jamás volverías, que estabas cansado de mí. Volviste y fracasaste. 
+Te echo de menos. No sé vivir sin ti.
-Vaya, vaya, el que decía que nunca iba a volver...Que vueltas que da la vida ¿verdad?
+En serio, déjate de tonterías, quiero volver contigo, quiero que seamos felices de nuevo.
-¿Felices? Que gracioso. Yo ya soy feliz. Sin ti. Ya no te necesito.
+¿Ya no me quieres?
Abrí los ojos y pensé seriamente lo que iba a decirle. ¿Le quería? ¿Cómo podía querer a alguien capaz de haberme destrozado la vida, el alma, el corazón, la sonrisa? Lo miré fijamente y su mirada ya no me provocó aquel cosquilleo que antes nunca se marchaba. Ya no me perdía en ella. ¿Le quería? Solté la respuesta antes de que se me pasara por la mente.
-No.
Pude ver la decepción en sus ojos, el alma rompiéndose igual que a mí se me rompió en su día. Agacho la cabeza, se alejo dos pasos y apretó los puños.
+Entonces no hay nada más que hacer, no hay ninguna posibilidad de volver a ser lo que fuimos ¿verdad?
-No. Aunque te quisiera, tampoco la habría. Deja de insistir y asume que esto esta muerto. Se acabado para siempre.
+Solo intentaba recuperar a la persona que quiero...
-Pues déjalo, esa persona no está. Se murió. Tú la mataste.
+No te puedes hacer a la idea de cuanto lo siento.
-Yo ya no lo siento. 
Dicho esto me dí la vuelta y empecé a caminar hacía delante. No me volví ni una sola vez. Aquel encuentro con el pasado me había hecho el doble de fuerte. Si había superado eso, podría superar cualquier cosa. Por primera vez en mucho tiempo pensé que las cosas podrían cambiar, que irían a mejor. Era feliz.