sábado, 29 de diciembre de 2012

¿He cambiado? Adivina quien es el responsable.

+Has cambiado.
Intento reprimir las ganas de pegarle e intento relajar las manos. 
-Tuve que sentarme a ver como te enamorabas de alguien más. Dime si tú no cambiarías después de eso. - Le suelto, con rabia, con todo el odio que llevo guardado dentro.
+Yo nunca he dicho que estuviera enamorado de ella. 
Se acerca un paso, y yo retrocedo dos.
-No te acerques.- le advierto - ¿Si no estabas enamorado de ella por qué lo hiciste? ¿Por qué me abandonaste a mí y corriste con ella?
Cierro los ojos y espero una respuesta, sin embargo, lo único que obtengo es silencio. Un silencio incómodo, cargado de recuerdos muertos. Abro los ojos y lo miro. Me esta mirando fijamente, parado en mitad del salón con las manos en los bolsillos.
+Te he echado de menos.- Cambia de tema.- He pensado mucho en ti, pequeña.
-Ah, y yo no ¿verdad? Yo me he muerto por ti, he matado por ti, he buscado la manera de salir adelante cuando lo único que quería era estar a tu lado. Me he contenido mil veces para no salir a buscarte. ¿Sabes lo duro que fue para mí perderte? ¿Puedes hacerte a la idea de todo lo que un día significaste en mi vida? ¿Puedes, a caso, imaginar cuantas noches me he acostaba llorando y me levantaba igual? Tenía pesadillas y cuando me despertaba me daba cuenta que hasta las pesadillas eran mejor que mi vida sin ti. Estaba vacía. Totalmente vacía. ¿¡Sabes lo que es eso!? -Le chillo mientras intento aumentar la distancia entre nosotros.
Se acerca e intenta quitarme las manos de la cara, que instintivamente, aprieto para que no me vea llorar.
+Claro que lo se, porque yo me sentía igual que tú, yo te quería mucho y te sigo quer...
-¡Mentira! Ni se te ocurra decir que me quieres porque te juro que no respondo de mí. ¿Cómo puedes seguir diciendo tantas mentiras? ¿Cómo puedes ser tan cínico? No dudo de que me quisieras algún día, pero acabaste conmigo. Nunca pude volver a ser la misma, ¿no lo entiendes?
+Lo siento, de verdad.
-¿De qué me valen tus lo siento? ¿De qué? Ha pasado mucho tiempo y aún así, cuando me acuerdo de ti, todavía me duele las heridas que me dejaste en el alma. Eso de que el tiempo todo lo cura es una gran mentira. Todavía me quedo sin respiración cuando pienso en tu sonrisa. A veces, me despierto de un salto porque he soñado contigo...O con la persona que un día fuiste. Me entran ganas de llorar ¿sabes? Pero luego lo pienso mejor y me digo a mí misma, ¿para qué? ¿Para qué voy a seguir llorando por ti? ¿Para qué seguir echándote de menos? Entonces pienso que lo he superado. Paso algunas semanas sin pensar en ti, pero de repente, cuando menos me lo espero, un recuerdo cruza por mi mente como una estrella fugaz, y ya no recuerdo ni como mantenerme en pie.
Me alejo de él dándole la espalda y echo a andar hacía la puerta, deseando de salir de esa maldita casa y de no volver a ver jamás a esa persona que tanto daño me ha hecho.
+Has cambiado más de lo que me esperaba. Casi no te reconozco.
Me detengo y sin ni si quiera darme la vuelta le respondo:
-Claro que he cambiado, ya te lo he dicho. Cuando la persona por la que matas te mata, ya nada vuelve a ser lo mismo. La persona que fuiste te abandona para siempre y no hay manera de volver atrás. Te he querido mucho, ¿y sabes por qué lo sé? Porque me has hecho mucho daño. Menuda forma triste de medir las cosas, ¿verdad?
Abro la puerta y salgo a la calle dejando atrás, de una vez por toda, a mi pasado y a todos los demonios que un día me consumieron.