Hagamos un pacto, es muy sencillo. Yo prometo quererte cada día un poco más, estar a tu lado en las buenas, malas, regulares y peores, no dejarte ni un solo momento, decirte cada día lo que me gustas, lo que me encantas, que estoy colada por ti hasta los huesos. Prometo darte un beso cada día y un abrazo cuando te vea, en las despedidas, o, simplemente cuando necesite dártelo. Te prometo que voy a llorar contigo y que también me voy a reír, que vamos a pasar días inigualables, inimaginables, perfectos, de locura, llenos de momentos que jamás olvidaremos, con mil y una sorisas, llenos de besos, cariño, de abrazos, llenos de ti, llenos de mí pero también te aviso que habrá más de una tarde que no me aguantaré ni yo misma, pero intentaré no pagarlo contigo.
Te prometo que cuando nadie te entienda, cuando te sientas solo, cuando no sepas a quién acudir, yo voy a estar ahí para comprenderte, animarte y sacarte una sonrisa de esas que tanto me gustan. Te prometo que día tras día aprenderé a quererte como quieres que te quiera, aprenderé a ver tus cualidades y a ayudarte a superar tus defectos. También prometo cambiar las cosas que te molestan para así poder hacerte feliz. Prometo encontrar un lugar solo para nosotros dónde tumbarnos para ver las estrellas, dónde poder hablar de nuestras cosas, dónde poder decirte que te quiero, que eres mi vida. Prometo dedicarte cada hora, cada minuto, cada segundo, e incluso, cada milésima de segundo de mi vida, toda es para ti, porque quiero pasarla a tu lado. Prometo hacerte sonreír, hacerte sentir único, especial. Prometo amarte y no quedarme en quererte. A cambio de todo esto, yo no te pido nada, sólo que estés conmigo para siempre.