sábado, 1 de diciembre de 2012

Estoy contigo en el olvido.

Buenos días pequeño. No se dónde estarás, ni con quién, ya que no tengo derecho a saberlo. Perdí el derecho hace mucho, aunque eso, ahora mismo, en estos momentos, no me preocupa. Solo quería que supieras que...nada, que te echo de menos. He aprendido mucho desde que no estás, e incluso te sorprendería saber que ya no soy tan cabezota. No quiero que pienses que te escribo esto para decirte que quiero que vuelvas, aunque en el fondo si que quiero. Pero he podido con cosas peores, esto no es nada. Se que el echarte de menos no ayuda y que el pensar en ti, en ocasiones hace que me hunda, pero soy fuerte. Tú lo dijiste una vez, que yo era una de las personas más fuertes que habías conocido nunca. Aunque siento decirte que no lo soy tanto. Me derrumbo muy fácilmente, pero, ¿sabes una cosa? Desde que dijiste eso de que te gustaba que fuera fuerte, hago hasta lo imposible por no venirme abajo. 
Esta mañana he estado mirando todas las fotos que tengo en las que salimos juntos. Parece que en lugar de unos cuántos meses, han pasado años. Sin embargo, ya no me pongo a llorar cuando las miro, al contrario, la sonrisa me sale sola. Fueron buenos momentos, muchos sentimientos en muy poco tiempo. Vale la pena recordarlos. 
Lo último que voy a decirte es que recuerdes que eres lo mejor. Siempre. No permitas que nadie te diga lo contrario. No pienses que he cambiado de opinión. Nunca dejaré de verte como lo que eres, el mejor entre los mejores.

                                             -Tuya, incluso en el olvido.