-¿Has bailado alguna vez?
+Pues claro, todos hemos bailado alguna vez que otra.
-No me refiero a bailar en una discoteca llena de gente. No, me refiero a una canción lenta junto a alguien que siempre te ha encantado. Un vals, un tango, un paso doble, una salsa, un swing. Incluso Rock and Roll.
+No. Aunque siempre me hubiera gustado aprender.
-Entonces no has sentido como por unos minutos la otra persona te pertenece. Es tuya. Como bailando te olvidas incluso de quién eres. No sé si lo sabrás, pero este tipo de bailes tiene algo erótico, son sensuales. Puedes hacer que la otra persona sea como tú quieras mientras baila. Lo mismo puede hacer ella.
+Pero eso ya no le gusta a nadie. No conozco a ningún tío que baile.
-¿No? Me conoces a mí. He tenido a todas las que he querido, bailando. Mientras bailan son mías, me pertenecen...Y después también. Porque siempre me buscan. Aunque yo a ellas no, porque para mí, ellas siempre serán las otras. La única eres tú. Quiero bailar contigo y hacerte sentir todo lo que te estoy contando. Quiero verte bailando un vals con un vestido largo y una sonrisa relajada, siendo la envidia de todo el salón. Me encantaría bailar contigo un tango. Pura pasión en tus pasos. Hacer que te dejarás llevar y de paso, dejarme llevar yo. Incluso quiero verte bailar un Rock and Roll. Eso del rollo de chica mala te iría genial. Me matarías mientras bailas, porque llevarías a mi autocontrol al límite. ¿Me buscarías después? No lo sé, pero, sinceramente, espero que sí. Porque me dejaría encontrar. Por primera vez.
+¿Cómo puedes saber todo eso si nunca me has visto bailar? Además, bailo fatal. Soy muy patosa.
-Principal razón para demostrarte que si de verdad te gusta bailar, lo conseguirás. ¿Bailamos?
+¿Ahora?
-Es buen momento, ¿no crees?
+Pero si no hay música.
-Pues nos la imaginamos.
+Estamos en mitad de la ciudad.
-Es el lugar perfecto. Y ahora, ¿bailas conmigo, preciosa?