jueves, 4 de octubre de 2012

Sangre de unicornio.

Supongo que has oído hablar de los unicornios. Sí, esos animales parecidos a caballos pero que tienen un cuerno en la frente. Son preciosos e increíblemente fuertes. Son imaginarios, fantasiosos. Mitológicos. No existen ni existirán, aunque a mí me encantaría. Pero lo más increíble de estos seres es su sangre. La sangre de un unicornio es capaz de curar cualquier herida e incluso, alargarte la vida. 
Digamos que tú eres como un unicornio. Sí, un unicornio fuerte, precioso. Grande, maravilloso y en ocasiones, mitológico. 
Digamos que tu sangre podría conseguir renovarme la vida, digamos que podría ser otra si la bebiera. Digamos que mi vida se alargaría, y no me iría tan rápido como por desgracia me iré. Pero nunca te haría daño. Ni por una sola gota, aunque eso significará mi salvación. Me alegra saber que lo hemos intentado todo, que si me voy, me voy sabiendo que alguien ha sido capaz de amarme de todas las formas posibles, incluso al filo de la muerte. Ojala existiera la sangre de unicornio...Ojala pudiera vivir contigo una larga vida. Ojala no nos hubiera tocado a nosotros, pero de todas formas, gracias por haber hecho todo lo posible por salvarme. Gracias, de verdad.
                                                                                                     Tu Oscuridad.




Tal vez haya llegado demasiado tarde, o tal vez no funcionó. He buscado el remedio, nuestro remedio a todo esto por cielo, mar y tierra. Siento decirte que no lo he encontrado. Quizás tú tengas razón y la sangra de unicornio te pueda salvar. Si soy un unicornio como tú dices, tal vez pueda ayudarte. Déjame intentarlo. No quiero vivir aquí sin ti, sería demasiado...demasiado oscuro. Siempre hemos dicho que yo era la luz, tu luz y que tú serías la oscuridad, mi oscuridad. Porque ¿qué es la luz sin la oscuridad? Si la sangre de unicornio existiera iría al fin del mundo a por ella sin importarme nada. Pero no existe. En su lugar, he traído esto. El unicornio quiere ayudarte y su sangre va dentro de este pequeño frasco. Sé que es una frikilada y una cusilería, pero déjame intentarlo. Si te vas quiero que lo lleves contigo. Colgado de ti. Mi sangre contigo para el resto de la eternidad. Estoy seguro de que si existen otra vida, ya me buscarás y lo volveré a encontrar. Entonces sabré que eres tú y que serás mía siempre. Es una especie de amuleto, nos unirá incluso después de muertos. Te quiero. Nunca te lo he dicho, porque nunca he estado cien por ciento seguro, sabes que soy raro. Pero ahora si lo sé. Te quiero y no sé como podría estar sin ti, como podría volver a todos esos lugares sin estar agarrado de tu mano. Es una puta injusticia, y si te mueres, que mi alma muera contigo.
                                                                                                             Tu Luz.



(Tanto el frasco de la sangre de su unicornio que ella llevo colgado de su cuello, como la carta que sujetaba entre sus manos, fueron enterrados con ella. Cada domingo él trae a su tumba un ramo de rosas rojas, sus favoritas. Incluso después de un montón de años él ha seguido hiendo a su tumba. Nunca la olvidó, aunque si que se enamoró.)