sábado, 31 de agosto de 2013

Tiéntame.

Los que más saben de amor suelen ser las personas que más solas están. Y yo hasta lo entiendo. 
El amor puede llegar a ser una trampa o una salvación para tu alma. Yo personalmente pienso que el amor es la más peligrosa de las tentaciones que existen y que la única manera de salvarte es cayendo en ella. Y ya sabes, o te sale bien y vives la mejor experiencia de tu vida o acabas destrozada hasta los cimientos. Eso ya lo eliges tú.

viernes, 30 de agosto de 2013

Rota.

 Mira que somos estúpidos. Mira que las cosas son fáciles. Mira que yo sabía que la felicidad y el amor son cosas que llegan cuando menos te lo esperes, cuando te has cansado de equivocarte, de disfrutar de los equivocados, de pasar esa época en la que buscas desesperadamente a ese "amor de toda la vida" para encontrarte con el vacío más absoluto. 
Siempre he sido alguien que se considera lo suficientemente inteligente como para saber que quien te quiere está contigo en las buenas, en las malas y en las peores. Que quien te quiere, te quiere todos los días, todas las horas. Estés como estés. 
Y sin embargo yo, que me consideraba alguien con dos dedos de frente como para hacer frente a cualquiera que se interpusiera en mi camino dispuesto a hacerme daño, no te ví venir. Y así he terminado, hasta el cuello por alguien que después de jurar que todas y cada una de las estrellas serían para mí, decidió abandonarme cuando más confiada y más necesitada estaba. Cuando había puesto las manos en el fuego por lo nuestro y ya había empezado a arder.
¿Cómo he podido acabar así?
 "Mira, ha sido divertido, ¿vale? Lo hemos pasado bien juntos y ha sido una experiencia increíble. Yo...te he querido, ¿vale? Te lo prometo. Pero, no sé, no creo que estemos hechos para estar juntos. No eres lo que quiero para el resto de mi vida. Lo nuestro ya se esta volviendo aburrido y necesito respirar aires nuevos. Entiéndelo y...sé feliz."

miércoles, 21 de agosto de 2013

Todo cambia y nada permanece.

Querida yo del futuro:

Me parece una soberana estupidez escribirme una carta a mí misma pero escribir me desahoga más que hablar con cualquier persona. 
La verdad es que no sé por donde empezar a contar la mierda de vida que tengo. Quizás debería empezar por el principio, por decir que estoy destrozada.Que me hundo. Me hundo cada día un poco más y no sé que hacer para salir a la superficie de todos mis problemas. Me asfixio. Se ha ido. Joder, que se ha ido de verdad. Ha dicho que no puede más, que esta harto, que necesita ser libre. ¿Cómo qué libre? ¿Es qué acaso conmigo no lo es? Le he intentado convencer de que se quede, de que lo piense mejor. De que le quiero. Le quiero tanto que no puedo imaginarme sin él. Lo necesito. De verdad que lo necesito. Estoy hecha un asco. Llevo casi un mes sin a penas dormir. Como lo mínimo para seguir respirando. No salgo. No sé estar sin él. Todo me viene demasiado grande sin no esta conmigo. Me limito a sobrevivir a base de recuerdos.
¿Qué hago? Estoy cansada de estar así. No puedo estar así más tiempo. le echo tanto de menos... He intentado llamarle pero no me atrevo. Fue él quien me dejó y por lo que se ve no se ha arrepentido. 
Ojalá que las cosas cambien pronto. Necesito recomponerme.

Querida yo del pasado:

No sé porque vuelvo a escribirme a mí misma, pero no sé, supongo que lo necesito. Esta vez escribo al pasado. A esa chica que se hundió cuando se vio sola. Cuando su mundo se fue a la mierda.
Esta vez escribo para dar buenas noticias.
Estaba hundida, destrozada, muerta en vida, hecha una mierda por dentro y por fuera, pero salí. Vaya si salí, aunque todavía no se como lo hice. Me levanté decidida, quemé y rompí lo poco que quedaba de él, me arreglé y salí. Y me dispuse a comerme el mundo. Y me lo comí. Vaya si me lo comí. 
Y aquí estoy. Soy otra. Casi no recuerdo aquella historia. Casi no le recuerdo. A veces tengo que pararme a pensar porque los recuerdos empiezan a borrarse poco a poco. 
Volvió. Volvió al cabo de los meses y aunque ya estaba casi fuera de todo eso, aún sentía por él. Volvió queriendo organizar mi vida, volver a aquella historia, pero fui valiente. Me estaba muriendo por dentro pero le dije que no quería volver a verlo nunca más. Me suplicó, lloró, me pidió perdón infinitas veces pero fui dura. Desapareció y hasta hoy no he vuelto a saber de él.
Las cosas ahora me van genial. Tengo la vida que quiero y la estoy viviendo al máximo.
Todo cambia. Gracias al cielo, todo ha cambia. Incluida yo. 


martes, 20 de agosto de 2013

Hello.

Llevo tiempo sin aparecer por aquí, sin escribir. Pero nada, que sigo viva. Y que estoy... Bueno, estoy, que ya es algo.

All you need is love.

Amor. Así la llamaba cada vez que la tenía cerca. Siempre me preguntaba porque la llamaba así y yo sonreía. ¿Por qué? No lo sé, porque el verdadero significado del amor lo llevas grabado en los ojos, en los labios. En ti. Amor...Amor era verte bailar. Eso sí que era amar a rabiar. Amor era bailar con otras y soñar que lo hacía contigo. Amor era buscarte durante años, sin saber que era exactamente lo que quería y darme cuenta de que eras tú al verte por primera vez. Amor era decirte que te quería cuando tú me gritabas que me muriera. Amor era abrazarte y sentirte hasta en el rincón más alejado de mi alma. Amor era recorrerme la ciudad de punta a punta solo para decirte que te he echado de menos, que te necesito, que no sé vivir si no estás tú. Amor era dejarme las manos golpeando las paredes porque tú no me hablabas. Amor era volverme loco cuando te veía pasarlo mal. Amor era hacértelo lento. Amor era estar a tu lado y que me sobrara el mundo entero. Amor... Amor eras tú.




Despertar y ver que aún estás.

Hoy tengo ganas de hablar, de contar, de relataros la vida que se me escapa de las manos con cada día que pasa.
Quiero deciros que es verdad que vivir, más que una opción, es una obligación. Vivir, vivimos todos, pero cada uno tiene su razón de ser, de existir, de seguir levantándose por las mañanas, saltar de la cama y comerse el mundo, al mundo entero. 
La mía, mi gran razón de existir, siempre tendrá nombre y apellidos, unos ojos claros y una sonrisa de escándalo. Mi motivo de luchar sigue llamándome "princesa" a pesar de todos esos años que lleva observándome dormir, reír, llorar, saltar, discutir.
¿Sabéis de esas veces que estás borracha perdida y haces todo eso que no te atreves a hacer cuando estás sobria? Así estaba yo la noche que lo conocí. No fue una noche de esas románticas, pastelosas y todo eso, para que mentir. Fue más bien el revolcón de una noche. No sé si habéis sentido alguna vez esa sensación de ver a una persona y necesitar, no digo querer, digo necesitar, empotrarla contra la pared y hacerlo ahí mismo. Así fue como me sentí yo cuando lo vi por primera vez y eso fue lo que le dije. Así, sin más. Borracha como una cuba me dio igual irme y decirle que lo empotraba allí mismo. Y más bien fue al contrario. 
Y no sé que pasó, solo fue una noche y sin embargo sientes como tu mundo, todo lo que conocías, todo lo que habías vivido, se ordena y todas las piezas de tu compleja existencia sin sentido empiezan a encajar en su lugar. 
De esa manera terminó convirtiéndose en lo mejor de mí, en el motivo más importante para luchar, levantarme y comerme el mundo. O a él. Que viene siendo lo mismo.