sábado, 3 de noviembre de 2012

Reinar en el infierno, antes que servir en el cielo.

La vida es muy corta. Parece larga, pero en realidad no lo es. Hoy estás aquí, leyendo esto y mañana puede que ya no existas. Ciclos de la vida lo llaman. Una injusticia, lo llamo yo. Deberíamos ser eternos. Jóvenes eternamente. Enamorados para siempre de una única persona. No olvidarnos jamás de los que siempre estuvieron ahí, los famosos amigos. Recordar siempre las palabras exactas que dijimos en el momento preciso. Hacer realidad los "para siempre"...Pero por desgracia, esto no es así. Así que vive. Vive con todas las letras. Pórtate mal, juega, perdona, ama, ríe, llora...Pero vive. No te arrepientas de nada de lo que hayas hecho y no olvides quién eres. Pasa de la gente que te diga que estás haciendo las cosas mal, ¿qué sabrán ellos? Escucha y luego, sí eso, ignora. Tírate de cabeza  a la piscina de las oportunidades, y si está vacía, da igual, has aprendido de todas formas. Experimenta y no te canses de luchar por tus propios sueños. Tus metas, tus logros. Tus victorias. Pelea por quién quieres y recuerda; tanto en el amor como en la guerra, todo está permitido. Sí tienes que jugar sucio porque no te queda de otra, hazlo. Eso sí, ten cuidado con tus impulsos. Son los que te califican. Pero tampoco te pienses demasiado las cosas, porque luego no las haces. Sin pensar y si por ello te metes en líos, bueno, otra experiencia más que recordar. 
¿Sabes que te digo? Que todos vamos a ir al infierno. Así que no te cortes, si al final, todos nos veremos allí. 
Así que cuando te digan que no puedes hacer algo porque está mal, sonríe y hazlo. En el fondo, aunque no lo creas tú mismo sabes lo que te conviene, lo que pasa que a veces no lo ves y equivocándote, encuentras la respuesta. 
Equivócate todo lo que quieras, pero no te hundas que esta vida es demasiado corta para pasarla llorando.

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