sábado, 17 de noviembre de 2012

El tiempo pasa, y tú también.

Extraña. Rara. Sola. Confundida. Así me siento yo sin ti. No te imaginas como me está costando, la fuerza de voluntad que estoy teniendo para no coger ese maldito teléfono, que desde que tú no llamas ni si quiera lo miro, y pedirte que regreses, que me abraces. Pero me contengo. Sé que he hecho lo correcto. Sé que esto no daba para más, no podíamos seguir así. Sabes que soy una llorona. Que cualquier cosa es capaz de hacerme llorar, pero estoy intentando no derramar ni una lágrima más. Me muerdo la mano cada vez que me entran ganas y cierro los ojos. Si me vieras, tengo la mano toda marcada. Eso te habría molestado, mucho. Nunca soportaste que me hiciera daño y creo que eso no ha cambiado.
He decidido que voy a borrar de mi mente todos los recuerdos malos, todo el daño que nos hemos hecho y todos los enfados, que han sido muchos. Me quedo con los momentos buenos, que también han sido muchos.  
¿Sabes? Te echo de menos, y sé que seguiré echándote de menos durante mucho tiempo, pero lo estoy soportando bastante bien. Me como mucho la cabeza, pero cada día un poco menos. Y soy optimista. Ya ves, yo que siempre he visto las cosas en negro, estoy empezando a ver cada vez más color. Eso sí que te gustaría. Bueno, he de decirte que eso, en parte, es gracias a ti. Cada día me levanto pensando que ya queda un día menos para no echarte de menos. Las cosas cambiarán, irán a mejor. Para ti también.
Sinceramente, espero que cuando las cosas pasen y ya sea capaz de recordarte sin que se me venga el mundo abajo, tú y yo podremos sonreírnos como si tal cosa. 
Sé de sobra que esto no lo vas a llegar a leer, ya que leer no es lo tuyo. Así que aprovecho para decirte algo por última vez. Algo que no verás, no escucharás más de mi boca, pero sé que sabes de sobra como suena. Me he encargado de hacerle un huequito en tu memoria, puesto que te lo he repetido como tres veces diarias en dos largos años: 
Te quiero. 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario