Molier tenía la costumbre de repetir: ''Un actor de talento no necesita apoyo de elementos escénicos particulares ni de una escenografía complicada tras él, ni de efectos sonoros ni ruidos de fondo. Si sois actores sensibles y comprometidos, y si el texto es sólido será por medio de vuestra voz y vuestro cuerpo que debéis hacer sentir que amanece, que llueve, que vetea, que brilla el sol o que hace calor o tormenta: Vosotros solos, sin tener que recurrir a maquinaria alguna, a efectos de luz, a las planchas de metal que sacudimos para imitar al trueno o al cilindro lleno de arena para producir el sonido del viento o la lluvia." Y Braque decía a sus alumnos pintores: "Demasiado color es ningún color".
No hay comentarios:
Publicar un comentario